En Ambato la felicidad no pudo ser completa. Mientras Macará derrotaba al Deportivo Quito 4-0 y se celebraba la conquista número 14 del Barcelona, en el estadio Bellavista el Técnico Universitario se jugaba la vida ante El Nacional.
Pero en el balompié nada está dicho. El “Rodillo Rojo” solo necesitaba un empate para no descender, pero al final perdió 2-1.
Las lágrimas de la derrota se observaron en el graderío y también dentro del gramado del escenario deportivo.
DRAMÁTICO MOMENTO
Los jugadores parecían “guaguas” (niños) llorando sin parar, después de que todo dependía de ellos mismos.
El arquero argentino Sebastián Blázquez ayudaba a Luis Santana a levantarse del piso.
Mientras Aurelio Nazareno se fue frente a los hinchas a sostenerse de las mallas. Lloraban desconsolados. Nada podían hacer. Se había perdido la categoría.
“Hizo una mala campaña y ese es el resultado. Juegan con el sentimiento del pueblo, del hincha que siempre viene a la cancha”, expresó Antonio Tibán, simpatizante del “Rodillo Rojo”.
Muy cerca estaba Margarita Contreras, quien no resistió sostener el llanto al ver a su equipo nuevamente descender a la serie B.
“Por eso nos dicen que somos los ascensores del fútbol ecuatoriano”, fue lo único que mencionó la mujer entre sollozos.
Los jugadores del Técnico Universitario no hablaron, solo lloraban por no haber logrado sostener durante toda la temporada la categoría. El resultado que los iba a salvar quedó en simple esperanza.
Mientras el volante y figura del “Rodillo”, Álex Colón, terminado el partido, se “mandó a cambiar” y de inmediato se fue de la capital de Tungurahua. (YIE)