El terror se tomó las calles de la ciudadela La Fragata cuando una ráfaga de balas se internaron en el cuerpo de un desconocido que quedó tendido sobre la calzada. Su muerte se produjo al instante y no hubo mayores oportunidades de pelear por sobrevivir.Este sector del sur de Guayaquil es conocido por la tranquilidad en la que vive su gente, pero la madrugada de ayer, la desgracia acabó con toda calma del sitio llenando de pánico a su población.La víctima, de aproximadamente 22 años, permaneció boca abajo sobre la acera. Tenía sus brazos cruzados dentro de la camiseta, cerca del tórax. “Aparentemente estaba abrigándose del frío”, consideró el fiscal Harry Velásquez.La camiseta era oscura y tenía algunos huecos, usaba un pantalón corto, color crema, y un par de zapatos gastados. No portaba dinero y no hubo una billetera que proporcionara su identificación.“Al chico nadie lo conoce por aquí. Yo llevo varios años viviendo en esta zona”, expresó un testigo, quien salió de su casa para constatar lo ocurrido.“Yo escuché como seis balazos”, dijo un presente. “No, yo recuerdo que eran cinco”, replicó otro que observaba la escena del crimen. Más tarde, el fiscal se encargó de confirmar que existieron “cinco impactos de bala en la víctima”.“Algunos lugareños afirman que lo vieron temprano sentado en este sitio, como esperando a alguien”, declaró el magistrado. Sin embargo, cerca de la media noche, “dos desconocidos se acercaron en una moto, se detuvieron frente a él y le descargaron las balas que acabaron con su vida”.Varios agentes acudieron hasta la zona intentando unir los cabos que permitan identificar a los responsables del crimen.El desafortunado no tuvo tiempo para escapar, no encontró la ruta adecuada para burlar la cruel emboscada que le tendieron. Quienes presenciaron el hecho, se mantuvieron en silencio, como la mejor arma para no correr la misma suerte.
El terror se tomó las calles de la ciudadela La Fragata cuando una ráfaga de balas se internaron en el cuerpo de un desconocido que quedó tendido sobre la calzada. Su muerte se produjo al instante y no hubo mayores oportunidades de pelear por sobrevivir.Este sector del sur de Guayaquil es conocido por la tranquilidad en la que vive su gente, pero la madrugada de ayer, la desgracia acabó con toda calma del sitio llenando de pánico a su población.La víctima, de aproximadamente 22 años, permaneció boca abajo sobre la acera. Tenía sus brazos cruzados dentro de la camiseta, cerca del tórax. “Aparentemente estaba abrigándose del frío”, consideró el fiscal Harry Velásquez.La camiseta era oscura y tenía algunos huecos, usaba un pantalón corto, color crema, y un par de zapatos gastados. No portaba dinero y no hubo una billetera que proporcionara su identificación.“Al chico nadie lo conoce por aquí. Yo llevo varios años viviendo en esta zona”, expresó un testigo, quien salió de su casa para constatar lo ocurrido.“Yo escuché como seis balazos”, dijo un presente. “No, yo recuerdo que eran cinco”, replicó otro que observaba la escena del crimen. Más tarde, el fiscal se encargó de confirmar que existieron “cinco impactos de bala en la víctima”.“Algunos lugareños afirman que lo vieron temprano sentado en este sitio, como esperando a alguien”, declaró el magistrado. Sin embargo, cerca de la media noche, “dos desconocidos se acercaron en una moto, se detuvieron frente a él y le descargaron las balas que acabaron con su vida”.Varios agentes acudieron hasta la zona intentando unir los cabos que permitan identificar a los responsables del crimen.El desafortunado no tuvo tiempo para escapar, no encontró la ruta adecuada para burlar la cruel emboscada que le tendieron. Quienes presenciaron el hecho, se mantuvieron en silencio, como la mejor arma para no correr la misma suerte.