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“A Papá Noel no se lo escuchaba por el Guasmo”

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“Epa, el traje no me queda, el pantalón parece pequeño, nunca me he disfrazado de Papá Noel, pero si la otra vez ustedes me disfrazaron como vendedor de empanadas cuando le ganamos a Chile, vamos a usar el traje rojo, pero no me diga que diga jojojojo”. Son las palabras de “Felipao”, el jugador del Locomotiv de Rusia y la selección de Ecuador.
Felipe Caicedo se adelantó en el tiempo, porque antes de que llegue diciembre ya les había dado a los ecuatorianos la alegría de estar en zona de clasificación en los últimos partidos de la tricolor, soñando en Brasil 2014.
“Felipao” llegó desde Europa para estar en las fiestas de Navidad con sus familiares y amigos... Pero esta Navidad a diferencia de las anteriores para el jugador hay kilómetros de distancia.
No creía en Papá Noel, jamás le escribió... a eso no dedicaba su tiempo por algo muy sencillo: “Te diré la verdad, a Papá Noel no se lo escuchaba por el Guasmo, donde vivía, creo que andaba ocupado por otras partes... la plena mi pana, que a ese señor jamás lo vi, capaz porque en esos tiempos las calles estaban llenas de lodo y pensaba que se iba a ensuciar el traje... decir Papá Noel en mi sector era una buena broma que se hacía todos los diciembres”, expresa Caicedo entre risas mientras se coloca el disfraz.
Pero estas épocas son para el recuerdo, aunque “Felipao” aún guarda en su mente las cosas que le tocó vivir.
“Lo que nunca faltó fue el calor de la familia, eso era lo mejor de estas fiestas, el tener a mamá y papá ahí no tiene precio, claro que cuando uno es pequeño no entiende por qué Papá Noel no llega con lo que uno quiere por la casa, pero el resto siempre estuvo ahí, que es el calor de familia”, dice “Felipao”.

Aquel traje blanco

Felipe Caicedo recuerda las Navidades como si fueran las jugadas que hizo con la Tri. Tenía unos ocho años y su madrecita le compró ropa, jamás olvidará aquel pantalón blanco que era la envidia del Guasmo, el 24 de diciembre su madre se lo planchó y el pequeño antes de las 7 de la noche estaba que no creía en nadie, se veía como estrella de música, pero lo que estaba por venir fue para llorar.
“Feli”, como le dicen sus amigos, salió de la casa y sucedió algo que jamás debería pasar en plena Navidad: por andar corriendo Caicedo fue a parar al suelo, el pantalón blanco fue historia, se ensució, no servía para seguir luciéndolo. “Guaoo... esa Navidad fue increíble, ¿te imaginas?, con tremendo traje y yo me caigo y la grande, creo que lloraba de lo que me había pasado, mi madre me retó y se me terminó la Navidad, ya no había más ropa nueva y me tocó ir a dormir como si fuera un día normal”, expresa el ahora Papá Noel Caicedo.

Spiderman
El goleador de la Tricolor tiene algo pendiente con el famoso Papá Noel, pues el tipo de la barba blanca jamás le trajo lo que él siempre quería: “Mire, qué me iba a traer lo que yo deseaba, si cuando le dieron el mapa a Papá Noel no le dijeron que en el Guasmo estaba el niño Felipe Caicedo, pero qué le vamos a hacer, jajajaja... Siempre quería un Spiderman, nunca lo tuve de verdad. Por cierto, jamás se le ocurrió a mi madre dármelo, pero siempre fui fanático de esa serie y deseaba tenerlo”, dice entre risas Felipe Caicedo.

Los Converse y la pelota

Una de sus mejores Navidades en regalos fue cuando los jefes de su madrecita se la llevaron a Estados Unidos y ella le trajo a Felipe una pelota original y unos zapatos Converse. Eso fue como hacer un gol para clasificar a un Mundial.
“¿Sabes?, qué buena Navidad, yo con los zapatos Converse en mi zona no creía en nadie, qué tremendo regalo y eso lo obtuve porque mi madre viajó, fue una de mis mejores Navidades, claro que siempre lo que más me daban eran balones... mejor dicho, el Papá Noel que iba por mi sector solo daba pelotas, y quién iba a creer que hasta el día de hoy estoy metido en el mundo del deporte, por eso le doy gracias a Dios”, expresa el futbolista que luce unas inmensas gafas y una camiseta con la lengua que identifica a los Rolling Stones.

El carrito a control remoto

Todos alguna vez hemos querido “prestar para no devolver” (entrar a robo) al vecinito que tenía el juguete más bacano de la zona... Tranquilos, eso a todos nos ha pasado, vemos que el otro tenía el megarregalo y a ratos nos da ganas de quitárselo.
Felipe en su época de pelado también vivió esos ratos de intranquilidad debido a que el Papá Noel que llegaba a su casa estaba medio chiro.
“Compa, recuerdo que en cada Navidad los demás niños cargaban los carros a control remoto y lo peor de todo es que a veces los sacaban a sacar lámpara, yo solo los veía, pero muchas veces me quedé con las ganas de quitárselos, uno de pequeño quiere muchas cosas, pero no hay dinero para que se las compren, pero qué le vamos a hacer, teníamos lo más importante: la salud y el cariño de los padres”, dice Caicedo que en el 2012 se desquitó de no tener un carro a control remoto y se compró un auto que más parece nave.

Estudios y deporte

Caicedo lleva seis años fuera del país, en los cuales tres Navidades no ha pasado en su querido Guayaquil. “Pasar estas fiestas fuera de casa es horrible, gracias a Dios que estas las voy a pasar aquí con todos los que siempre han estado apoyándome en todo”, dice el jugador, al que además del fútbol le gusta el golf y es un adicto a la lectura.
Para el goleador, los juguetes son lo mejor que se puede dar a los pequeños en esta Navidad. “Son para estos días y está bien porque los juguetes los ponen felices, pero el mejor regalo es que estudien y hagan deporte, es el mejor obsequio que les pueden dar sus padres”.
“Felipao” se vistió de Papá Noel para los lectores de EXTRA, a quienes al final les dijo: “A todos una gran fiesta, de su amigo Felipe Caicedo”.

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