Parecía que todo les iba a salir a la perfección. Habían empacado la mercadería en sacos de nailon y cartones, solo faltaba embarcarla en un vehículo donde los esperaban sus otros cómplices y huir. Pero una patrulla que recorría por el sector les dañó el “trabajito” y de paso agarró a uno de los dos delincuentes.El agente de Policía Jorge Recalde informó a EXTRA que realizaban un patrullaje rutinario por Urdesa Central, aproximadamente a las 17:30 de ayer, cuando se percataron que la puerta de un local no estaba cerrada.Con las precauciones del caso, se bajaron a verificar la novedad y los gendarmes notaron que las seguridades fueron violentadas.Mientras los uniformados realizaban la inspección, los dos pillos trataron de no hacer ningún tipo de ruido para no ser descubiertos.Sin embargo, cuando los uniformados levantaron la puerta enrollable, los dos sospechosos salieron en precipitada carrera. Ambos tomaron diferentes direcciones.Atrás de ellos iban los policías, quienes tuvieron que correr casi seis cuadras, hasta que alcanzaron a uno de ellos. El otro logró fugar.Adentro de la boutique “D´Gesú”, ubicada en Víctor Emilio Estrada y Guayacanes, los agentes encontraron sacos de nailon y cartones llenos de blusas, vestidos, faldas, pantalones y zapatos de damas y caballeros, valorado en alrededor de 40 dólares; todo listo para ser embarcado en algún vehículo que con seguridad los esperaba cerca.El detenido, quien dijo llamarse Cristhian Gabriel Reyes Barco, de 34 años, fue trasladado, junto con una parte de las evidencias, hasta la Policía Judicial del Guayas, donde se comprobó que registra cuatro detenciones por robo y ocultación de cosas robadas.Informan al perjudicadoPor el facturero que hallaron en el lugar, los investigadores se comunicaron con el perjudicado, Gonzalo Gómez, y le informaron sobre el delito.El afectado dijo que los pillos, para ingresar al interior del negocio de propiedad de su esposa, rompieron los dos candados con una cizalla que también se halló en el sitio.Añadió que el negocio lo instaló en mayo pasado y la mercadería, de reconocidas marcas, la hallaron embalada en sus propios cartones y sacos. “Los pillos tenían las perchas completamente vacías y de haberse robado todo me hubieran causado una pérdida de 40 mil dólares”.