Sonrisas, suspiros, segundos de silencio, gestos de nostalgia... Fueron diferentes las reacciones de los jugadores cuando se les preguntó cual fue el regalo que más recordaban de su infancia. Aunque, todos concluían lo mismo: un balón.La pelota es el obsequio que todos recuerdan con más cariño. Claro, con ella pasaron la mayor parte de su infancia y adolescencia. Gracias a ella cambiaron radicalmente su vida y ahora gozan de comodidades económicas.La mayoría también tiene algo en común: su origen humilde. Por eso, hubo ocasiones en que, siendo pequeños, por Navidad no tuvieron los regalos que pidieron. Pero, como lo aseguraron, lo importante era estar con la familia.El técnico de la selección nacional, el colombiano Reinaldo Rueda, con nostalgia recuerda que por estas fechas les insistía a sus padres que le compren una pelota. La mayoría de ocasiones no le escuchaban. “Cuando las limitaciones económicas son el principal obstáculo, los padres son muy inteligentes y cubren una necesidad con un regalo. A mí, por ejemplo, me daban la ropita para el año por Navidad”.Para su fortuna, siempre en el barrio había un chico que tenía balón, así que podía jugar todo el tiempo sin necesidad de tener el suyo.Ahora, gracias al fútbol, puede ayudar en obras sociales. En Colombia primero, Honduras después y ahora Ecuador, siempre atiende el pedido de instituciones benéficas y hace algunos donativos.RECUERDOS DE PERLAZAA José Luis Perlaza no se le olvida un carro que le dieron. Él quería también un balón pero disfrutó el carro tanto como si estuviera jugando fútbol. Cuando habla con su familia, principalmente su esposa y sus hijos, les pide que no se rompan la cabeza pensando en el regalo sino cómo pasar más tiempo con las personas que aman.Para el defensa Diego Calderón y el arquero Adrián Bone un balón era el único regalo capaz de alegrarles completamente. Ahora, es lo primero que obsequian a un chico. Lo hacen para motivarlos a jugar y para que sigan sus sueños.Mientras que para Gabriel Achilier, esta fecha tiene un sentido espiritual. Por eso, más allá del regalo, él pide que “Cristo nazca en los corazones de todos y que la fe les impulse para ser cada día mejores, disfrutando del amor de sus familiares”.