Aquí no es “Felipao” ni Felipe Caicedo. Es “Feli”, como lo conocen sus amigos del Guasmo Sur, en la cooperativa Unión de Bananeros, bloque dos, manzana 14 solar 55, en Guayaquil.El jugador de la Tricolor y del Locomotiv de Rusia vive cada 24 de diciembre de una manera especial, ya que regresa donde se crió y de donde salía todos los días para ir a entrenar al Rocafuerte. El futbolista se fue, pero nunca se olvidó de su Guasmo Sur del alma.Pero también están aquí sus hermanas Rosita, Alexandra, Albita, María Elena, Francis y su madre Margarita, quienes ayer tuvieron un día agitado. Se levantaron temprano para preparar todo para la fiesta de Navidad, pero no era solo para ellos, habían cientos de pequeños para quienes Felipe es como uno más del barrio.Caicedo se cruzó la ciudad desde la Puntilla hasta el Guasmo... el carro llegó pasadas las 11:00 de ayer y se bajó el hombre de las trenzas.La mirada de los pequeños se encendieron, porque estaba con ellos el jugador que más hizo saltar de alegría este año con la camiseta de la Tricolor.“Ahí llegó, el grandote, si ese es Felipe Caicedo es amigo de mi papá”, decía el pequeño David.“Felipe” dejó el frío de Rusia por el calor humano del Guasmo, ese sector que lo ha hecho conocido en todo el mundo, porque siempre en medios internacionales se refiere al lugar donde salió.Las vecinas comenzaron a comentar que Caicedo no se ha olvidado de ellas, y hasta opinaron del peinado de las trenzas y dicen que solo le falta grabar un cd con música que él siempre soñó.“Bienvenidos amigos al mejor lugar que tiene Ecuador, aquí sientes porque sientes el cariño y calor humano y la buena salsa, sino te gusta la salsa mejor...”, dice entre risas Felipe, la misma persona que hizo vibrar con sus goles a todo el país.Los niños están sentados en silla de plásticos, ellos saben que Caicedo es el Papá Noel de este sector.Unos ya dicen que han visto los juguetes y hasta hacen sus apuestas si les van a dar carritos o pelotas, las niñas solo se ríen de lo que dicen sus amigos.La salsa urbana suena a todo volumen, es ambiente de Navidad, aquí por las venas no corre sangre, lo que corre es ritmo tropical.Felipe Caicedo entra a su casa, sale y es hora de repartir los juguetes.Todos esperan que les den de la manera más tranquila.El sol invade la calle y le pone más calor a la Navidad, es hora de que los pequeños sean homenajeados en su día. Los regalos comienzan a salir, los niños los disfrutan y como no hay tiempo para estar viéndolos, los sacan de sus empaques y a jugar se ha dicho.“Feli” como le dicen sus amigos se mueve de un lado a otro, está vez no busca la pelota, ni trata de marear a los arqueros, aquí la misión es más complicada, es hora de que todos los pequeños tengan su regalo.El jugador comienza a sudar y no ha hecho ni un solo gol, pero quiere abrazarse con los pequeños.Caicedo se siente feliz, el sueño que él tenía en esta época que alguien le regale un muñeco del hombre araña lo cumple con los pequeños.“Yo no puedo pedir más, Dios me ha dado muchas cosas, creo que demasiado y es hora de compartir con el resto, la vida es una sola y que mejor ver a los pequeños sonreír eso no tiene precio y me da mucha felicidad”, expresa Caicedo que vive días increíbles con sus amigos, conocidos y familiares.Lo único que le falta a Felipe es poder darles un concierto, pero eso será para cualquier próximo año.“Felipao” está de regreso a su Guasmo, esta vez no espera a Papá Noel, el jugador es el Noel de muchos pequeños.Es mediodía y la fiesta está prendida, la buena música no para... dejamos a Caicedo con sus amigos en una Navidad que él la diseño así, la soñó, como cuando va tras una pelota en busca de un gol.Al final le decimos: “el regalo que te pedimos en nombre de los millones de lectores de EXTRA es que sigas así para ir a Brasil 2014”. El jugador responde: “ese es mi sueño, mi gran meta sé que con la ayuda de Dios y mucho sacrificio y entrenamiento lo vamos a lograr, tenemos un gran equipo”.El mega obsequio de Caicedo todavía no lo tenemos, quiere que vengan las eliminatorias para comenzar a disfrutar de poder estar en el Mundial de Brasil 2014.Señores... Feliz navidad.Y si Papá Noel no les trajo lo que ustedes soñaron, tranquilos le damos gracias a Dios porque estamos vivos que es el mejor regalo que nadie les puede dar, solo el Todopoderoso.Y el único que está en deuda es Felipe Caicedo, que sus goles serán el mejor regalo para llegar a nuestro tercer mundial de mayores.
Aquí no es “Felipao” ni Felipe Caicedo. Es “Feli”, como lo conocen sus amigos del Guasmo Sur, en la cooperativa Unión de Bananeros, bloque dos, manzana 14 solar 55, en Guayaquil.El jugador de la Tricolor y del Locomotiv de Rusia vive cada 24 de diciembre de una manera especial, ya que regresa donde se crió y de donde salía todos los días para ir a entrenar al Rocafuerte. El futbolista se fue, pero nunca se olvidó de su Guasmo Sur del alma.Pero también están aquí sus hermanas Rosita, Alexandra, Albita, María Elena, Francis y su madre Margarita, quienes ayer tuvieron un día agitado. Se levantaron temprano para preparar todo para la fiesta de Navidad, pero no era solo para ellos, habían cientos de pequeños para quienes Felipe es como uno más del barrio.Caicedo se cruzó la ciudad desde la Puntilla hasta el Guasmo... el carro llegó pasadas las 11:00 de ayer y se bajó el hombre de las trenzas.La mirada de los pequeños se encendieron, porque estaba con ellos el jugador que más hizo saltar de alegría este año con la camiseta de la Tricolor.“Ahí llegó, el grandote, si ese es Felipe Caicedo es amigo de mi papá”, decía el pequeño David.“Felipe” dejó el frío de Rusia por el calor humano del Guasmo, ese sector que lo ha hecho conocido en todo el mundo, porque siempre en medios internacionales se refiere al lugar donde salió.Las vecinas comenzaron a comentar que Caicedo no se ha olvidado de ellas, y hasta opinaron del peinado de las trenzas y dicen que solo le falta grabar un cd con música que él siempre soñó.“Bienvenidos amigos al mejor lugar que tiene Ecuador, aquí sientes porque sientes el cariño y calor humano y la buena salsa, sino te gusta la salsa mejor...”, dice entre risas Felipe, la misma persona que hizo vibrar con sus goles a todo el país.Los niños están sentados en silla de plásticos, ellos saben que Caicedo es el Papá Noel de este sector.Unos ya dicen que han visto los juguetes y hasta hacen sus apuestas si les van a dar carritos o pelotas, las niñas solo se ríen de lo que dicen sus amigos.La salsa urbana suena a todo volumen, es ambiente de Navidad, aquí por las venas no corre sangre, lo que corre es ritmo tropical.Felipe Caicedo entra a su casa, sale y es hora de repartir los juguetes.Todos esperan que les den de la manera más tranquila.El sol invade la calle y le pone más calor a la Navidad, es hora de que los pequeños sean homenajeados en su día. Los regalos comienzan a salir, los niños los disfrutan y como no hay tiempo para estar viéndolos, los sacan de sus empaques y a jugar se ha dicho.“Feli” como le dicen sus amigos se mueve de un lado a otro, está vez no busca la pelota, ni trata de marear a los arqueros, aquí la misión es más complicada, es hora de que todos los pequeños tengan su regalo.El jugador comienza a sudar y no ha hecho ni un solo gol, pero quiere abrazarse con los pequeños.Caicedo se siente feliz, el sueño que él tenía en esta época que alguien le regale un muñeco del hombre araña lo cumple con los pequeños.“Yo no puedo pedir más, Dios me ha dado muchas cosas, creo que demasiado y es hora de compartir con el resto, la vida es una sola y que mejor ver a los pequeños sonreír eso no tiene precio y me da mucha felicidad”, expresa Caicedo que vive días increíbles con sus amigos, conocidos y familiares.Lo único que le falta a Felipe es poder darles un concierto, pero eso será para cualquier próximo año.“Felipao” está de regreso a su Guasmo, esta vez no espera a Papá Noel, el jugador es el Noel de muchos pequeños.Es mediodía y la fiesta está prendida, la buena música no para... dejamos a Caicedo con sus amigos en una Navidad que él la diseño así, la soñó, como cuando va tras una pelota en busca de un gol.Al final le decimos: “el regalo que te pedimos en nombre de los millones de lectores de EXTRA es que sigas así para ir a Brasil 2014”. El jugador responde: “ese es mi sueño, mi gran meta sé que con la ayuda de Dios y mucho sacrificio y entrenamiento lo vamos a lograr, tenemos un gran equipo”.El mega obsequio de Caicedo todavía no lo tenemos, quiere que vengan las eliminatorias para comenzar a disfrutar de poder estar en el Mundial de Brasil 2014.Señores... Feliz navidad.Y si Papá Noel no les trajo lo que ustedes soñaron, tranquilos le damos gracias a Dios porque estamos vivos que es el mejor regalo que nadie les puede dar, solo el Todopoderoso.Y el único que está en deuda es Felipe Caicedo, que sus goles serán el mejor regalo para llegar a nuestro tercer mundial de mayores.