La mañana de ayer, la morgue de tránsito, ubicada en el cerro del Carmen, albergaba a dos cadáveres de trabajadores que fallecieron luego que el bus en que viajaban desde la península de Santa Elena a Guayaquil se volcara en el kilómetro 69, de la ruta Santa Elena-Guayaquil, entre las poblaciones de Olmedo y Progreso.
Las víctimas tenían planes de pasarla bien con sus seres queridos durante el fin de año, pero la “dama de negro” provocó dolor y amargura. Ellos murieron debido a los múltiples traumatismos en el cráneo y cuerpo.
A vísperas del nuevo año, Daniel Santiago Briones Reyes, de 56 años, oriundo de Guayaquil, a las tres y media de la madrugada salió de su domicilio, en La Libertad, para tomar el bus disco 12, de la cooperativa Liberpesa, de placa YAA-338. En el micro, al igual que otras 20 personas, viajaban con dirección a la urbe porteña.
El motivo de Briones era reunirse con unos comerciantes de la ciudad de Machala, quienes le traerían productos desde Huaquillas para sus negocios, pero el carro se volcó, al parecer por la velocidad y la llovizna que caía a esa hora (04:30).
Julio Briones Mendoza, hermano del fallecido y varios familiares, entre estos la viuda, afuera de la sala de necropsias esperaban la entrega del cadáver. El consanguíneo comentó haberse enterado de la desgracia, pero no de los pormenores y que solo tenía como dato la fuga del conductor. Agregó que el cadáver de su hermano no tenía la billetera, ni los documentos personales que solía llevar.
El fallecido era casado y padre de cuatro hijos menores de edad.
Ramón Esperanza Basurto Varela, de 53 años, oriundo de Calceta, Manabí, fue la segunda víctima de esta fatal desgracia que dejó a más deudos empapados en lágrimas.
Dos sobrinos del ciudadano se enteraron de la mala noticia mientras esperaban a su tío en la terminal terrestre de Guayaquil, lugar en que se encontrarían para viajar al cantón El Empalme, provincia del Guayas.
Allí se iban a reunir para celebrar el fin de año con el resto de sus parientes, pero el destino les cambió los planes y en vez de diversión lo que ahora pasan es dolor y tristeza.
Robinson Basurto Alvarado, sobrino del fallecido, contó que al ver que su tío no llegaba se desesperó y lo llamó varias veces a su celular, sin obtener una respuesta.
“A las 07:00, una persona me llamó a mi celular y me comentó que mi tío estaba en la morgue, donde debía retirar su cuerpo”, señaló el joven.
Ese momento se quedó más frío que un trozo de hielo y no asimilaba lo sucedido.
“También íbamos a celebrar mi cumpleaños en El Empalme, pero todo de derrumbó por cosas del destino”, comentó Robinson.
El fallecido era soltero y padre de dos hijos, se dedicaba a la pesca y vivía en Ancón.
Al igual que la primera víctima de este accidente su billetera en la que tenía quinientos dólares, ni varias gavetas de pescado dorado para celebrar el fin de año aparecieron. (GS)
Heridos se recuperan en hospitales
La leve llovizna a esa hora de la madrugada más el exceso de velocidad serían las causas para que el bus disco 12, de la compañía Liberpesa, de placa YAA-338, se volcara. La carretera lucía resbaladiza y el carro se deslizó varios metros por el asfalto hasta terminar en el carril contrario.
El vehículo salió desde Salinas hacia Guayaquil, en su interior llevaba a 21 personas, pero al llegar a Progreso se accidentó.
La Comisión de Tránsito del Ecuador y los socorristas condujeron a la mayoría de heridos a casas de salud del puerto principal, mientras que a los lesionados de menor consideración se los derivó al hospital Liborio Panchana, de Santa Elena.
Juan Carlos González, bombero de Santa Elena que llegó al auxilio, narró que encontró a los cadáveres atrapados entre los asientos y varios de los heridos intentaban salir por las ventanas.
“En la desesperación y ante los gritos de dolor hubo quienes salieron por el parabrisas que terminó quebrado sin importarles los cortes que se hacían”, dijo el bombero. (JL)