Presenciar un asalto casi les cuesta la vida. Los ocupantes de una motocicleta que supuestamente asaltaban a una persona, dispararon contra dos chicos que casualmente a la misma hora llegaban a su casa y los descubrieron.Marcelo Yela, de 20 años, y su prima Karina Rojas Yela viajaban a las 07:00 de ayer en un automóvil Chevrolet Aveo, color vino, de placa PBR- 7723, con dirección a la cooperativa 30 de Junio.Al llegar a su destino, vieron a tres personas y una moto color negra a un costado de la vereda. Ajenos a lo que pasaba, dieron la vuelta para entrar a la casa y los de la moto comenzaron a dispararles, recuerda Karina.La chica dijo que alguien les gritó ¡sapos! y enseguida una bala alcanzó a su primo. Marcelo, con los nervios de acero, pese a la herida que tenía en el rostro, siguió manejando el carro y llegó al hospital regional Gustavo Domínguez.Allí, los gritos de su prima alertaron al guardia y a los médicos de la casa de salud, quienes enseguida les brindaron atención médica.Los familiares de los pacientes, que a esa hora estaban en el nosocomio, no podían creer que el chico, en esas condiciones, pudo llegar al nosocomio. “Iba a entrar caminando, pero el doctor le dijo que espere y sacaron una silla de ruedas y lo ingresaron”, comentó un testigo.Dos horas después, el médico de emergencia ordenó el trasladado del muchacho a la capital y a la vez informó que el proyectil ingresó por el maxilar izquierdo y se salió por el otro costado. El estado es delicado, pero una vez que fue estabilizado, ordenó su traslado a Quito.Mientras tanto, a la casa de salud llegaron los miembros de Criminalística y Policía Judicial para tomar procedimiento y recoger evidencias de los proyectiles que se alojaron en el carro.El asiento del chofer estaba lleno de sangre y los vidrios destruidos por completo y regados en el piso.“La gente está asustada”El jueves anterior, una motocicleta con dos ocupantes atacó a unos primos que salían a la farmacia, a bordo de un Tucson a las 22:00.Los presuntos sicarios dispararon contra los jóvenes y un proyectil le rozó la cabeza al conductor. Afortunadamente, en este caso, la intervención de la Policía salvó a los muchachos de una muerte segura.Las autoridades investigan si estos desconocidos son los mismos que ahora atacaron e hirieron en la 30 de Junio. AMC
Presenciar un asalto casi les cuesta la vida. Los ocupantes de una motocicleta que supuestamente asaltaban a una persona, dispararon contra dos chicos que casualmente a la misma hora llegaban a su casa y los descubrieron.Marcelo Yela, de 20 años, y su prima Karina Rojas Yela viajaban a las 07:00 de ayer en un automóvil Chevrolet Aveo, color vino, de placa PBR- 7723, con dirección a la cooperativa 30 de Junio.Al llegar a su destino, vieron a tres personas y una moto color negra a un costado de la vereda. Ajenos a lo que pasaba, dieron la vuelta para entrar a la casa y los de la moto comenzaron a dispararles, recuerda Karina.La chica dijo que alguien les gritó ¡sapos! y enseguida una bala alcanzó a su primo. Marcelo, con los nervios de acero, pese a la herida que tenía en el rostro, siguió manejando el carro y llegó al hospital regional Gustavo Domínguez.Allí, los gritos de su prima alertaron al guardia y a los médicos de la casa de salud, quienes enseguida les brindaron atención médica.Los familiares de los pacientes, que a esa hora estaban en el nosocomio, no podían creer que el chico, en esas condiciones, pudo llegar al nosocomio. “Iba a entrar caminando, pero el doctor le dijo que espere y sacaron una silla de ruedas y lo ingresaron”, comentó un testigo.Dos horas después, el médico de emergencia ordenó el trasladado del muchacho a la capital y a la vez informó que el proyectil ingresó por el maxilar izquierdo y se salió por el otro costado. El estado es delicado, pero una vez que fue estabilizado, ordenó su traslado a Quito.Mientras tanto, a la casa de salud llegaron los miembros de Criminalística y Policía Judicial para tomar procedimiento y recoger evidencias de los proyectiles que se alojaron en el carro.El asiento del chofer estaba lleno de sangre y los vidrios destruidos por completo y regados en el piso.“La gente está asustada”El jueves anterior, una motocicleta con dos ocupantes atacó a unos primos que salían a la farmacia, a bordo de un Tucson a las 22:00.Los presuntos sicarios dispararon contra los jóvenes y un proyectil le rozó la cabeza al conductor. Afortunadamente, en este caso, la intervención de la Policía salvó a los muchachos de una muerte segura.Las autoridades investigan si estos desconocidos son los mismos que ahora atacaron e hirieron en la 30 de Junio. AMC