Recuperar, restaurar y mantener con vida las esculturas de las calles de Quito es el trabajo de varios hombres que laboran en esta peculiar “clínica”.Quienes con la colaboración de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) realizan esta actividad, según informó Francisco Proaño, encargado de la Unidad del Arte Público de la institución.Su objetivo de recobrar el valor histórico y brindar una fachada digna de su ciudad a todos los ciudadanos.En los últimos meses 34 esculturas han sido reconstruidas para ubicarlas en sitios estratégicos del distrito.Diferentes diseños y colores son los componentes principales de estas obras de arte, las mismas que una vez terminadas se exponen a los ojos de quienes son partícipes del desarrollo artístico del país.Decenas de esculturas elaboradas con técnicas y materiales diferentes como madera, hierro, plástico, etc., pasan por estos talleres.Todos los monumentos que son expuestos en Quito, reciben su mano de gato en este lugar, donde las figuras vuelven a la vida.Un trabajo de todosUn grupo de artesanos, que llevan 20 años en esta labor, llenan de personalidad a estas tridimensionales esculturas.“A partir de la demolición de redondeles y calles en toda la ciudad, las obras empezaron a quedarse sin lugar”, señaló Francisco agregó que hay esculturas que por el gran tamaño son difíciles de ubicar. Sin embargo, no se detienen en la búsqueda para encontrar un espacio donde la gente las pueda admirar.Las bicicletas ubicadas en la avenida Mariana de Jesús, recientemente fueron reconstruidas y posteriormente colocadas en el mismo lugar de donde las sacaron.Ana María Palacios, estudiante de la UTE, manifestó que todos los días pasa por ahí para dirigirse a su universidad y agregó que es un “plus” ver las calles de Quito adornadas con obras de arte que reflejen lo que de verdad es la “Carita de Dios”.El año pasado, en el bulevar de las Naciones Unidas, se expusieron varias figuras creadas con imaginación y creatividad, donde también se presentaron las esculturas reconstruidas de la Epmmop.Mantenimiento periódico“La gente no colabora y muchas veces no entiende que todo lo que está en la ciudad es patrimonio”, afirmó Francisco Proaño.Aseguró que miembros de la institución tienen que refaccionar las esculturas por los actos vandálicos que cometen los mismos ciudadanos.“Todo depende de la cultura de las personas”, señaló.Eventualmente los artesanos tienen que salir a revisar si alguna obra necesita ser trasladada al taller donde se les devuelve el color a estas impresionantes creaciones.Para el lunes está previsto colocar el monumento de Eugenio Espejo en la escuela del mismo nombre y la próxima semana, un Centauro que será ubicado en el centro de la capital.
Recuperar, restaurar y mantener con vida las esculturas de las calles de Quito es el trabajo de varios hombres que laboran en esta peculiar “clínica”.Quienes con la colaboración de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) realizan esta actividad, según informó Francisco Proaño, encargado de la Unidad del Arte Público de la institución.Su objetivo de recobrar el valor histórico y brindar una fachada digna de su ciudad a todos los ciudadanos.En los últimos meses 34 esculturas han sido reconstruidas para ubicarlas en sitios estratégicos del distrito.Diferentes diseños y colores son los componentes principales de estas obras de arte, las mismas que una vez terminadas se exponen a los ojos de quienes son partícipes del desarrollo artístico del país.Decenas de esculturas elaboradas con técnicas y materiales diferentes como madera, hierro, plástico, etc., pasan por estos talleres.Todos los monumentos que son expuestos en Quito, reciben su mano de gato en este lugar, donde las figuras vuelven a la vida.Un trabajo de todosUn grupo de artesanos, que llevan 20 años en esta labor, llenan de personalidad a estas tridimensionales esculturas.“A partir de la demolición de redondeles y calles en toda la ciudad, las obras empezaron a quedarse sin lugar”, señaló Francisco agregó que hay esculturas que por el gran tamaño son difíciles de ubicar. Sin embargo, no se detienen en la búsqueda para encontrar un espacio donde la gente las pueda admirar.Las bicicletas ubicadas en la avenida Mariana de Jesús, recientemente fueron reconstruidas y posteriormente colocadas en el mismo lugar de donde las sacaron.Ana María Palacios, estudiante de la UTE, manifestó que todos los días pasa por ahí para dirigirse a su universidad y agregó que es un “plus” ver las calles de Quito adornadas con obras de arte que reflejen lo que de verdad es la “Carita de Dios”.El año pasado, en el bulevar de las Naciones Unidas, se expusieron varias figuras creadas con imaginación y creatividad, donde también se presentaron las esculturas reconstruidas de la Epmmop.Mantenimiento periódico“La gente no colabora y muchas veces no entiende que todo lo que está en la ciudad es patrimonio”, afirmó Francisco Proaño.Aseguró que miembros de la institución tienen que refaccionar las esculturas por los actos vandálicos que cometen los mismos ciudadanos.“Todo depende de la cultura de las personas”, señaló.Eventualmente los artesanos tienen que salir a revisar si alguna obra necesita ser trasladada al taller donde se les devuelve el color a estas impresionantes creaciones.Para el lunes está previsto colocar el monumento de Eugenio Espejo en la escuela del mismo nombre y la próxima semana, un Centauro que será ubicado en el centro de la capital.