Una escena triste y dolorosa fue presenciada por varios transeúntes, cuando dos trabajadores se electrocutaron y quedaron tendidos en media calle.
Carlos Proaño y Juan Vaca, de 51 y 52 años respectivamente, recibieron una descarga eléctrica de unos seis mil voltios.
Una de las víctimas quedó colgado de la soga que sostenía su cuerpo en una viga de metal, mientras que la otra cayó aparatosamente a la calzada.
La fatalidad para los dos compañeros de trabajo ocurrió en el sector La Floresta, en el centro norte de Quito, entre las calles Toledo y Madrid.
Antes de las 15:00 del martes, los trabajadores llegaron a una empresa de cambio de neumáticos. Los dos laboraban para una empresa de banderines e iban a cambiar las banderas de las astas del local.
El trabajo se hizo sin contratiempo hasta que subieron a la estructura metálica horizontal, de unos cuatro metros de altura, para colocar los banderines.
Según un testigo que en ese momento pasaba por el sitio, los dos trabajadores sostenían una de las astas de metal, pero el fuerte viento los venció y la estructura tocó uno de los alambres de alta tensión.
La descarga eléctrica hizo que los dos trabajadores perdieran el equilibrio en la estrecha estructura de metal, mientras que el asta con la bandera caía violentamente.
Uno de los trabajadores, que cumplía con sus labores amarrado a una soga, quedó colgado al recibir la descarga, mientras que el otro obrero cayó de cabeza sobre el pavimento.
Una fuerte detonación alarmó a los vecinos del sector y en especial a los empleados de la empresa, quienes quedaron sorprendidos y alarmados al observar un cuadro terrible de sangre y muerte.
La fatalidad fue reportada de urgencia al 911.
Al sitio llegaron unidades del Cuerpo de Bomberos para brindar los primeros auxilios a las víctimas, pero nada pudieron hacer, porque la corriente eléctrica calcinó órganos internos.
En el piso quedaron evidencias de la desgracia:los dos cadáveres, el asta, el banderín, la ropa de trabajo y la soga que sostenía el cuerpo de una de las víctimas.
Por unas horas, la energía eléctrica se suspendió en la zona. Empleados de la empresa eléctrica llegaron al sitio para restablecer la energía en el barrio, tras el levantamiento de los cuerpos.
Personal de Homicidios y agentes del orden de la zona realizaron el procedimiento de ley. En la inspección, los agentes del orden verificaron que Carlos Proaño y Juan Vaca tenían heridas en sus cuerpos producto de la fuerte corriente eléctrica.
Una de las víctimas presentaba una lesión en la cabeza por la violenta caída.
Los dos fallecidos fueron llevados a la morgue de la Policía, a donde llegaron familiares y allegados. (HA)
Escenas de dolor, llanto y desesperación
Después de aproximadamente una hora de ocurrida la fatalidad, los seres queridos de Juan Vaca llegaron al sitio. Ellos no podían creer lo sucedido, ya que de un momento a otro habían perdido para siempre al padre de familia.
El llanto, los abrazos de pesar y la alteración de los nervios los invadió mientras intentaban conocer cómo sucedió el hecho.
Para unos, la falta de prevención y seguridad en el cumplimiento de las labores de riesgo, probablemente provocó la tragedia, mientras que para otros el destino les jugó una mala pasada a los compañeros de trabajo.
Varias de las personas que observaron el trágico suceso comentaron que quienes trabajan en alturas deben utilizar los implementos necesarios para resguardar sus vidas.
La mañana de ayer, los deudos de los fallecidos llegaron a la morgue, para realizar las diligencias de ley y poder retirar los restos mortales de sus seres amados.