Boca arriba y con cuatro tiros fue encontrado el cuerpo de un hombre en unos cultivos de palma, en el sector Cañalito, parroquia San Carlos, del cantón Quevedo.A las 08:30 de ayer, personas que iban rumbo a sus trabajos, por la vía al recinto antes nombrado, se llevaron tremendo susto, cuando se toparon con el cadáver en medio de la maleza, cerca a una plantación de palma africana, en la hacienda Puente Zaragoza, que tenía el cuerpo lleno de “plomo”.El ciudadano vestía una camisa celeste a cuadros y un pantalón yin, una bividí y zapatos blancos.Los lugareños llamaron a la Policía Judicial y los agentes de Criminalística al revisar sus documentos constataron que la víctima era Jorge Vicente Rodríguez Cobeña, de 39 años.Después comprobaron que el cuerpo tenía 7 orificios de entrada y salida, de ellos 2 en la cabeza, 1 en el tórax, dos en la espalda (uno sin salida) y dos en la mano derecha, en la cual tenía un tatuaje. En total recibió cuatro balazos.El fiscal de turno, Diego Reyes Bedoya, ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado hasta la morgue de Quevedo.LA LLAMÓ A SU MUJER POR ÚLTIMA VEZMientras la Policía llegaba al anfiteatro con el cadáver apareció una mujer de contextura gruesa que al ver el cuerpo pegó un grito de la impresión: “Él es mi marido, por qué lo mataron, malditos... malditos”. Mónica López, conviviente de Jorge Vicente Rodríguez Cobeña, no paraba de llorar en los exteriores de la morgue.Ella dijo que su amado salió al mediodía del viernes desde su casa ubicada en el sector El Pital, vía a Valencia, con dos personas que se lo llevaron en una camioneta Toyota de color roja, cajón de madera.Rodríguez la llamaba a cada hora, hasta las 14:00 de ese mismo día cuando le dijo a Mónica que se había subido a un árbol porque no había señal, desde ahí no supo más de él.Su suegro avisó a los familiares de Rodríguez que viven en Manta de su deceso.NO CONTESTÓ MÁS EL CELULARCuando caía la noche y no llegaba Jorge a casa, sus familiares comenzaron a preocuparse por su desaparición y lo llamaban al teléfono, pero no contestaba.Enseguida Mónica junto a su padre Braulio López empezaron a buscarlo y fueron a la Policía para ver si estaba detenido, es ahí que les comunican sobre el hallazgo de un cadáver y comprobaron que era aquella persona que tanto buscaban.Braulio López, suegro de la víctima, dijo que su yerno siempre salía a ver frutas, pero a las personas con las que se fue esa anoche no las conoce.El hombre deja huérfanos a tres hijos de un compromiso anterior.
Boca arriba y con cuatro tiros fue encontrado el cuerpo de un hombre en unos cultivos de palma, en el sector Cañalito, parroquia San Carlos, del cantón Quevedo.A las 08:30 de ayer, personas que iban rumbo a sus trabajos, por la vía al recinto antes nombrado, se llevaron tremendo susto, cuando se toparon con el cadáver en medio de la maleza, cerca a una plantación de palma africana, en la hacienda Puente Zaragoza, que tenía el cuerpo lleno de “plomo”.El ciudadano vestía una camisa celeste a cuadros y un pantalón yin, una bividí y zapatos blancos.Los lugareños llamaron a la Policía Judicial y los agentes de Criminalística al revisar sus documentos constataron que la víctima era Jorge Vicente Rodríguez Cobeña, de 39 años.Después comprobaron que el cuerpo tenía 7 orificios de entrada y salida, de ellos 2 en la cabeza, 1 en el tórax, dos en la espalda (uno sin salida) y dos en la mano derecha, en la cual tenía un tatuaje. En total recibió cuatro balazos.El fiscal de turno, Diego Reyes Bedoya, ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado hasta la morgue de Quevedo.LA LLAMÓ A SU MUJER POR ÚLTIMA VEZMientras la Policía llegaba al anfiteatro con el cadáver apareció una mujer de contextura gruesa que al ver el cuerpo pegó un grito de la impresión: “Él es mi marido, por qué lo mataron, malditos... malditos”. Mónica López, conviviente de Jorge Vicente Rodríguez Cobeña, no paraba de llorar en los exteriores de la morgue.Ella dijo que su amado salió al mediodía del viernes desde su casa ubicada en el sector El Pital, vía a Valencia, con dos personas que se lo llevaron en una camioneta Toyota de color roja, cajón de madera.Rodríguez la llamaba a cada hora, hasta las 14:00 de ese mismo día cuando le dijo a Mónica que se había subido a un árbol porque no había señal, desde ahí no supo más de él.Su suegro avisó a los familiares de Rodríguez que viven en Manta de su deceso.NO CONTESTÓ MÁS EL CELULARCuando caía la noche y no llegaba Jorge a casa, sus familiares comenzaron a preocuparse por su desaparición y lo llamaban al teléfono, pero no contestaba.Enseguida Mónica junto a su padre Braulio López empezaron a buscarlo y fueron a la Policía para ver si estaba detenido, es ahí que les comunican sobre el hallazgo de un cadáver y comprobaron que era aquella persona que tanto buscaban.Braulio López, suegro de la víctima, dijo que su yerno siempre salía a ver frutas, pero a las personas con las que se fue esa anoche no las conoce.El hombre deja huérfanos a tres hijos de un compromiso anterior.