Más de cincuenta testigos acudieron a los Tribunales de Garantías Penales para declarar sobre la muerte del exboxeador Jaime, la “Bestia”, Quiñónez.
La audiencia de juicio para sentencia se la realizó ayer, en contra de los cinco involucrados en el asesinato.
Entre los presentes estuvo un perito protegido, el cual aseguró haber observado todo lo ocurrido, el 14 de julio del 2012, fecha en la que se suscitó el crimen.
En la diligencia legal, el testigo reconoció a dos de los procesados. Indicó que Milton R., y Meder S., fueron quienes ingresaron al local de comida Los Arrieros, ubicado en el centro norte de la capital.
El testigo explicó que los dos sujetos siguieron hasta el baño y dentro de unos cinco minutos salieron.
Posterior a ello, ambos se aproximaron a la mesa en donde estaba sentado Quiñónez dentro del restaurante.
“De pronto uno de ellos lo apuntó en la frente con un revólver y le preguntó si algo le sucedía”, comentó el perito.
A partir de ahí empezó un forcejeo entre el exboxeador y el asesino, informó.
“Cuando ingresaron los dos tipos al restaurante, yo le dije a Jaime que se veían sospechosos, pero no les pusimos mayor atención”, señaló el declarante.
Según Jonathan A., otro de los testigos y empleado del negocio de comidas, el hecho ocurrió a las 18:30 aproximadamente. En su testimonio, el joven mencionó que luego de escuchar los 3 o 4 disparos que se produjeron en ese instante, él y sus tres compañeros meseros llamaron a la ambulancia y a los uniformados.
Además dijo que sacaron del restaurante a Quiñónez hasta la acera, sin especificar si la víctima aún estaba viva o no. En su versión, el deponente aseguró que el administrador del sitio nunca les solicitó a los empleados que limpien el local.
Sin embargo, cuando los agentes de la Policía y Criminalística llegaron, el piso estaba limpio y no habían maculaciones de sangre a simple vista, comentó Pablo Bolaños, Teniente de la Policía y agente de Criminalística que estuvo en el levantamiento del cuerpo.
En las investigaciones siguientes, con los exámenes de luminol se descubrió en el piso y en las sillas, manchas de sangre. También una vaina de nueve milímetros, un eslabón metálico correspondiente a una cadena y un sorbete con sangre.
Hasta el cierre de esta edición, la diligencia continuaba receptando las versiones de las personas notificadas. (ER)