Gonzalo Núñez, juez Segundo de Garantías Penales, dictaminó prisión preventiva para Mauricio Jaramillo y Antonio Arriaga, por una presunta estafa a más de 18 personas.
Según indicó una de las supuestas afectadas, el hecho se produjo en noviembre del año pasado, cuando Mauricio Jaramillo le propuso ingresar a las filas de la Policía Metropolitana a una mujer. Posteriormente, más personas confiaron en sus palabras y decidieron depositar entre seis y diez mil dólares.
Durante tres meses, las víctimas recibieron clases teóricas, físicas y de conducción de motocicleta, pues, según les indicó, esos era requisitos fundamentales para ingresar a la institución.
Los perjudicados explicaron ante el juez que Antonio Arriaga, quien es sobrino de Jaramillo, se encargaba de entrenarlos físicamente.
“Nos hacía cosas muy fuertes, muchos de nosotros tenemos moretones en las piernas por los ejercicios que debíamos realizar”, explicó una de las víctimas.
Los dos sujetos desaparecieron desde el momento en que los afectados pusieron la denuncia en la Fiscalía. La Policía únicamente logró la detención de Kevin Jaramillo, quien estaba encargado de impartir clases de conducción de motocicleta.
El monto de la presunta estafa, según indicaron los afectados, ascendería a cerca de 150 mil dólares.
PERDIERON LA PLATA Y LA FE
Aproximadamente cinco, de las dieciocho personas que aseguran haber sido estafadas por Mauricio Jaramillo, han decidido regresar a España, sitio donde vivieron durante más de una década, pero regresaron con la esperanza de tener en su país un trabajo fijo y la alegría de estar junto a la familia.
“Viví 14 años en España, vine porque me comentaron que este señor Mauricio iba hacer que ingresáramos a la Policía Metropolitana, pero ahora me quedé sin nada, pues los diez mil dólares que le di en efectivo eran los ahorros de toda una vida”, explicó una de las afectadas.
Quienes no confiaron más en la justicia, ni tuvieron la esperanza de que su dinero regrese a sus manos prefirieron hacer maletas y regresar al país europeo. “Aunque allá la situación económica también está muy dura, algo se podrá hacer”, explicaron quienes sabían los motivos por los cuales los otros perjudicados prefirieron partir.
“Ahora que sé que me timaron me da ganas de regresar a España a mi también, aquí no tengo casa, no tengo trabajo, no tengo nada”, mencionaba una de las perjudicadas, mientras la voz se le quebraba y hacía esfuerzos para no llorar.
“Tenemos miedo que estos sujetos se quieran vengar por haberlos denunciado”, comentaban. Una de las afectadas afirmó haber recibido una llamada anónima en la que le pedían que retirara la denuncia y que permitiera que el hoy detenido quede en libertad.
“Este señor nos pidió fotos nuestras, partidas de nacimiento de nuestros hijos, croquis de las casas, con todos esos papeles fácilmente nos encuentra y puede hacer algo en contra nuestra”, manifestó otra víctima. (MBM)