
Un hombre del cantón Simón Bolívar, en Guayas, afirma tener relaciones sexuales con una supuesta duende que sale de una montaña desconocida.
Todo comenzó cuando Albino Cruz tenía quince años y el pequeño ente se le presentó mientras jugaba a las escondidas con un grupo de amigos. “Salimos corriendo”, dijo.
Luego de dos años de aquella experiencia de su adolescencia, la duende reapareció en su cuarto y debajo de la cama, donde jugaron como buenos amigos.
“Mide unos ochenta centímetros, es blanca, tiene ojos verdes, cabellos rojos y largos hasta los tobillos, tiene labios finos, orejas puntiagudas y camina descalza porque sus pies están hacia atrás, es bonita de cara”, reveló el hombre
“Ella me dice que sale de la montaña, pero no sé de cuál”, manifiesta Albino.
Con el pasar del tiempo confiesa que esa amistad terminó en noches de luna llena. En la actualidad, el hombre tiene 42 años, es casado y se dedica a la soldadura. Comenta que no ha podido deshacerse de la potestad de las tinieblas y pese a que constantemente se rasura su cuerpo la duende no lo deja.
“A ella le gusto porque soy velludo”, señala el campesino de cejas pobladas. “Cuando me sigue, el cuerpo me pesa, ella solo quiere sexo”, dijo.
Ahora que Albino es casado, la duende lo sigue hasta su alcoba, por eso decidió en cada luna llena marcharse de su casa. Porque si se queda el ente ataca a su mujer, quien amanece con moretones. “Es celosa”, dijo el hombre, revelando que su pareja sabe de la situación.
Pese a que conoce varios secretos para alejar a la enanita, no ha podido practicarlos. Uno de ellos consiste en comer heces con galletas. “No puedo hacerlo”, dijo.
“Me canta, me silba y dice que me dará tesoros, pero le digo que no los quiero”, señala Albino, quien ha contado la historia a sus amigos.
Cuando el soldador narra esta experiencia, le sudan las manos y no lo puede controlar.
La duende le ha contado que ellos cuidan los árboles donde entierran sus tesoros, allí nadie puede acercarse, menos excavar.
Indica que el pequeño demonio camina a cinco centímetros sobre la tierra. “Ella me dice que Dios no la ha perdonado, que está condenada y anda por los novecientos años, aunque aparenta unos 25”.
“Él me cuenta que lo sigue una duende y le creo, porque también la he visto, tiene ojos en forma de bola y su mirada es penetrante”, dijo Darwin Tola, quien también ha experimentado hechos paranormales con estos seres.
SE ROBAN LA ENERGÍA
Según el psíquico Cristian Barragán, hay que investigar qué clase de ente persigue a Albino y en qué circunstancias adquirió esta energía negativa.
“Al confesarle que no está perdonada por Dios, hablamos de un ser de bajo astral, de un demonio, de los que están al principio de la puerta del infierno. Sería un súcubo de los que tienen relaciones sexuales con los hombres. Esto es grave, habría que hacerle una expulsión, porque prácticamente esta persona va a terminar sin energías, ya que el pequeño ser se la extrae”, dijo.
Indicó que los súcubos son demonios que se presentan a los hombres con un atractivo aspecto femenino.
Algunas teorías dicen que pueden cambiar de forma, acoplándose así al gusto de cada varón y hasta haciéndose pasar por mujeres conocidas que un hombre desea.
En todo caso, a través del sexo con su víctima, el súcubo drena energía e implanta pervertidas inclinaciones que conducen a la perdición.
“Estoy dispuesto a contactarme con él y hacer una investigación más profunda, utilizando para ello cámaras”, manifestó. “Me gustaría trabajar con este señor en las próximas lunas llenas en diciembre 21 y 22, y en febrero”, aseguró Barragán.
“Tengo fotos reales”
El psíquico dijo tener fotos reales de los duendes, unos malos y otros buenos, los cuales salen en las mañanas y máximo hasta las 18:00 permanecen afuera. “Son seres elementales que están en los bosques”, manifestó y agregó que todos los tesoros siempre son custodiados por seres elementales que han sido expulsados de una glorificación.
“En algún momento otorgan los tesoros a las personas. Quizás a este señor le den uno y se vuelva millonario”, manifestó y recalcó que se puede aceptar el tesoro de un duende siempre y cuando la persona no comprometa su alma.