En medio de una creciente tensión entre los dos países por la soberanía del archipiélago austral, el general de división Julian Thompson declaró al periódico británico que, contrariamente a hace 30 años, el Reino Unido no podría defender las islas al carecer actualmente de un portaaviones.
"Los argentinos tienen una brigada de infantería de marina. Tienen una brigada de paracaidistas y algunas buenas fuerzas especiales", declaró el militar en una entrevista con el Times.
"Todo lo que tienen que hacer es llevar a esa gente a las islas durante el tiempo necesario para destruir los aviones Typhoon (de la Royal Air Force) y será el final", agregó.
Según el general de brigada, si las fuerzas argentinas destruyeran o se apoderaran de la única base militar de las islas, la de Mount Pleasant a unos 50 kilómetros de la capital, la única solución sería enviar una fuerza naval, como decidió hacer la entonces primera ministra Margaret Thatcher hace 30 años.
Salvo que en esta ocasión no habría portaaviones, pues el último, el "HMS Ark Royal" fue retirado del servicio en diciembre de 2010, a la espera de la construcción de dos nuevos portaaviones que estarán terminados hacia 2020.
"Hay que llevar su propio apoyo aéreo y no se puede hacer sin un portaaviones. Fin de la historia", señaló Thompson en su entrevista.
La advertencia del general de brigada se produce en medio de una nueva escalada verbal entre Argentina y el Reino Unido por las Malvinas, a menos de un mes del 30 aniversario del inicio del conflicto que en 74 días a partir del 2 de abril de 1982 dejó 649 argentinos y 255 británicos muertos.
Londres, que controla las islas desde 1833, convocó la semana pasada al máximo representante diplomático de Argentina en la capital británica para pedirle explicaciones por los recientes intentos de bloquear las exportaciones británicas y la decisión de negar el acceso a dos cruceros en el puerto argentino de Ushuaia (sur).
Argentina, que insiste en resolver la disputa de soberanía por la vía diplomática, denunció también recientemente la "militarización" del Atlántico Sur por parte del Reino Unido tras el anuncio del inminente envío de un moderno destructor a la zona y el despliegue del principe Guillermo para una misión como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate.
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