Sus representantes se levantaron de sus asientos cuando la presidenta del Consejo, la embajadora uruguaya Laura Dupuy, abrió la sesión y abandonaron la sala o se sentaron en las sillas destinadas a los asesores para expresar su rechazo al debate.
No obstante, intervinieron Pakistán, en nombre de los miembros de la OIC, Mauritania en los del Grupo Árabe, y Senegal, por el Grupo Africano.
Lo hicieron para afirmar que la orientación sexual y la identidad de género son conceptos nuevos que no tienen fundamento legal en ningún instrumento internacional de derechos humanos, "por lo que no deberían ser aceptados como derechos humanos universalmente reconocidos".
Estos países consideran que no existe una relación directa entre derechos humanos y libertad sexual, y acusaron a Occidente de querer imponer sus propias concepciones al resto del mundo.
"El comportamiento escandaloso promovido bajo el concepto de orientación sexual está en contra de las enseñanzas fundamentales de varias religiones incluyendo el Islám", afirmó Muhammad Saeed Sarwar, segundo secretario de la misión de Pakistán ante la ONU.
"Desde esta perspectiva, la legitimación de la homosexualidad y otras conductas sexuales personales en nombre de la orientación sexual es inaceptable para la Conferencia Islámica", agregó.
Una posición radicalmente opuesta a la defendida por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien en un vídeo transmitido durante la sesión apoyó incondicionalmente a las personas de todas las tendencias sexuales e identidades de género.
"A todos aquellos que son lesbianas, gays, bisexuales o transexuales, permitidme decir que no estáis solos. Vuestra lucha contra la violencia y al discriminación es una lucha conjunta, Cualquier ataque sobre vosotros es un ataque sobre los valores universales", dijo el secretario general de la ONU.
Ban abogó, además, porque todos los países luchen y hagan pedagogía para acabar con la discriminación de estas personas.
"Debemos abordar la violencia y descriminalizar las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo, prohibir la discriminación y educar al público".
Por su parte, la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Navi Pillay, se dedicó a describir las atrocidades a las que son sometidos estos colectivos.
"Tenemos informes de hombres gays atacados por asaltantes que gritaban insultos homófobos y otros muertos en la calle. Lesbianas sometidas a violaciones en grupo, a veces descritas como 'violaciones correctivas".
"Personas transexuales agredidas sexualmente y apedreadas hasta la muerte, con los cuerpos tan desfigurados que era casi imposible reconocerlas. Y también tenemos información sobre el abuso llevado a cabo en celdas de comisarías y prisiones", prosiguió Pillay.
La comisionada recordó que, al menos setenta y seis países cuentan con legislación que criminaliza la homosexualidad, y reiteró que este comportamiento "viola los derechos humanos".
"Es lamentable que algunas delegaciones no quieran ni tan siquiera comprometerse en una discusión sobre discriminación y violencia basada en la orientación sexual y la identidad de género", aseguró, por su parte, Alli Jernow, de la Comisión Internacional de Juristas, con respecto al abandono de la sala de los representantes diplomáticos.
Fuentes diplomáticas relataron a Efe que en la fase preparatoria del debate las declaraciones de los países contrarios a abordar el tema fueron incluso más virulentas.
Las fuentes citaron el caso del representante del nuevo Gobierno de Libia, que afirmó que dar carta de normalidad a determinados comportamientos sexuales pone en peligro a la humanidad.
EFE
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