"Gracias a Dios, como esperábamos, ha sido un total fracaso. Vaya a ver cuánta gente se ha reunido en (la provincia amazónica de) Zamora Chinchipe, creo que son más los organizadores que los convocados", dijo el mandatario a la prensa en la sede del Ejecutivo.
Añadió que "la movilización de la oposición ha sido un gran fracaso", mientras que una concentración de seguidores del gobierno socialista frente a la casa presidencial es un "éxito".
La marcha del oficialismo, que partió de un parque en el centro moderno, es "todo un éxito, ya hay decenas de miles de personas" en la plaza de la Independencia, frente al Palacio de Carondelet, para "defender la democracia, para decirles que el país ya no es el de antes", manifestó Correa.
Señaló que "no es suficiente unos cuantos grupos de poder aupados por cierta prensa, incluso por ONG internacionales, para tumbar, para cortar como se hacía antes en América Latina un proceso revolucionario y tan profundamente democrático como el nuestro, como la revolución ciudadana".
"Las grandes mayorías no permitiremos que nos arrebaten todo lo ganado", apuntó el gobernante, y añadió que la protesta indígena y de otros sectores de oposición es un "recurso para tratar de evitar" las elecciones de febrero de 2013, en las que "saben que serán derrotados nuevamente".
La movilización de los aborígenes arrancó en el poblado de El Pangui, unos 700 km al sureste de Quito, en la provincia amazónica de Zamora Chinchipe.
El prefecto (gobernador) de esa región y uno de los líderes de la protesta, Salvador Quishpe, señaló que la caminata empezó con unas 500 personas.
Estimaciones de otros presentes cifraron en dos centenares los participantes, que rechazan la minería a gran escala impulsada por Correa y exigen la promulgación de leyes sobre el manejo del agua y la redistribución de tierras, entre otros puntos.
AFP
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