En la noche del 28 de junio del 69, dentro del bar Stonewall Inn, signado con el número 53 de la calle Christopher, en el Greenwich Village de Nueva York, un grupo de gays, lesbianas y transexuales se rebeló contra el sistema hostil y la continua persecución de la Policía hacia esa comunidad.Era la época en que no ser heterosexual estaba prohibido y sentir atracción por el mismo sexo significaba ser tratado como delincuente y llevado a la cárcel.Esos disturbios marcaron el comienzo de uno de los hechos más importantes de la lucha por los derechos civiles del movimiento gay.Cuarenta y cuatro años después, el emblemático bar, que en el año 1999, fue incluido en el registro nacional de lugares históricos de los Estados Unidos, sigue en el mismo sitio y es tan concurrido como siempre.Llegada al destinoA las 16:00 del jueves 9 de mayo, el calor, acompañado de una suave brisa que mueve tulipanes lilas, rojos y naranjas, anuncia la llegada de la primavera.Llegar a Stonewall desde Brooklyn es sencillo. Dos trenes y aproximadamente diez estaciones de paso son suficientes para que, media hora más tarde, el conductor del enorme aparato anuncie la llegada al Greenwich Village.Luego de caminar varias cuadras, se puede divisar el bar. El sector es tranquilo y hay poca gente en las calles. Sin embargo, horas después el lugar lucirá lleno de visitantes.En la fachada exterior del bar, casi nada ha cambiado, a no ser por una placa metálica que está junto a la entrada principal, la cual reseña el nacimiento de la liberación por los derechos de las lesbianas y los gays.El enorme letrero, que en sus inicios anunciaba el nombre del bar, también desapareció. En su lugar se colocaron discretas letras de neón verde que después fueron cambiadas por otras en tono rojo, tras el escaparate de vidrio que antes de la revuelta estaba pintado de negro para evitar ser observados por homofóbicos y uniformados.Para entrar ahí era necesario hacerlo con una contraseña, único modo de evitar a los infiltrados.En lo alto de la fachada, cubierta por ladrillos color marrón, penden una treintena de banderas con los colores del arco iris, símbolo actual de la comunidad GLBTI.Ingresar al bar tapizado completamente en madera bien lustrada, incluidos sus pisos y pilares, es retroceder en el tiempo. Las sillas son del mismo material, pero muy sencillas, más bien se notan desgastadas.Una serie de revistas y folletos gratuitos, con información exclusivamente gay, está a la entrada. En las paredes, iluminadas estratégicamente por lámparas de vidrio en forma de flor, se destacan las fotografías enmarcadas, de los grupos que se rebelaron contra la represión policial. Están las de jóvenes de ambos sexos, obreros y profesores, entre otras.Nada ahí es glamuroso, o excéntrico. Una mesa de billar está muy cerca del enorme bar repleto de toda clase de licores y bebidas locales y extranjeras. También están las camisetas color negro, para los turistas que quieren llevarse un recuerdo del Stonewall.Sobre el largo mesón de madera de la barra, junto al recipiente de los sorbetes, hay una pequeña ánfora, donde muy bien podrían haber caramelos. Sin embargo, está llena de preservativos de colores que pueden ser tomados gratuitamente por los clientes.Quien nunca pasa desapercibido dentro de ese tenue lugar, iluminado por escasas lámparas de luz amarilla, es el enorme Tree (Árbol).El viejo y corpulento bartender de 74 años, testigo y actor de la revuelta de Stonewall, solo se lo conoce por ese nombre, y es quien da la bienvenida, con una amplia sonrisa, a todos quienes quieren pasar un buen rato ya sea solos o junto a sus parejas.La “movida” calle ChristopherEl Greenwich Village o llamado simplemente Village está ubicado al norte de Manhattan.Es un barrio exclusivo, residencial, progresista, moderno y bohemio, hogar de escritores y artistas.En el Village se encuentra el campus de la Universidad de Nueva York (NYU), una institución privada de educación universitaria e investigación, de las más prestigiosas del mundo, con más de 50.000 estudiantes.Ese sector ha sido hogar no solo de personajes de ficción, sino también de la vida real. En ese barrio vivían los personajes de la serie Friends, además de Mónica Lewinsky, la pasante que estuvo involucrada en un escándalo sexual con el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton.Sobre la calle Christopher, además del bar Stonewall, están los hogares de una numerosa población gay que llegó a principios de los 60, además de tiendas de ámbito sexual y clubes para homosexuales.Incluso hay una calle llamada Gay street. Cada año, en ese lugar, se realiza la marcha del llamado Orgullo gay, la cual se inició en Nueva York en 1970, en conmemoración del primer aniversario de la revuelta de Stonewall Inn.El enorme ÁrbolAltísimo, de piel blanca, ojos azules, y pelo color rojizo que cubren sus canas, Tree habla muy poco de lo que sucedió ese día.Dice que lo han entrevistado de todas partes del mundo para que cuente lo que vivió ese 28 de junio cuando 400 policías se enfrentaron a un número no determinado de gays.Con rapidez escribe en un papelito amarillo, la dirección de varias páginas de Google para que busquemos todas las notas que le han hecho.Su apuro es comprensible. El viejo de sonrisa bonachona, quien minutos antes se había jactado de no aparentar la edad que tiene, estaba más empeñoso en atender a un joven de afro, originario de Jamaica que se sentó al pie de la barra para pedir una cerveza, sin esconder su orientación sexual.Aunque eran cerca de las cuatro de la tarde, dentro del Stonewall habían clientes. Un nutrido grupo de jóvenes bulliciosos, entre hombres y mujeres, bebía muy cerca de la mesa de billar.A la entrada, un par de chicos trataba de pasar desapercibidos. Posteriormente, se les uniría Tree, para quien el mayor logro es que el entonces jefe de gobierno de Nueva York, John Lindsay, eliminara los llamados señuelos.El método, en esa época oscura para los GLBTI, recordó el bartender, permitía que un policía vestido de civil se infiltrara en el bar, le pusiera la mano en el muslo a un cliente y, después de algunos tragos, le ofreciera salir para concretar una cita. Una vez afuera, el policía esposaba a su víctima y la encarcelaba.El objetivo real de las autoridades de la época, era acabar con los lugares de reunión de gays y lesbianas, especialmente el Stonewall, que al parecer era de propiedad de la mafia, lo cual nunca fue comprobado.Luego de tres días de revuelta, finalmente la Policía decidió retirarse, dando paso, desde ese día al Gay power (Poder homosexual) y a la reivindicación de los derechos de los GLBTI.
En la noche del 28 de junio del 69, dentro del bar Stonewall Inn, signado con el número 53 de la calle Christopher, en el Greenwich Village de Nueva York, un grupo de gays, lesbianas y transexuales se rebeló contra el sistema hostil y la continua persecución de la Policía hacia esa comunidad.Era la época en que no ser heterosexual estaba prohibido y sentir atracción por el mismo sexo significaba ser tratado como delincuente y llevado a la cárcel.Esos disturbios marcaron el comienzo de uno de los hechos más importantes de la lucha por los derechos civiles del movimiento gay.Cuarenta y cuatro años después, el emblemático bar, que en el año 1999, fue incluido en el registro nacional de lugares históricos de los Estados Unidos, sigue en el mismo sitio y es tan concurrido como siempre.Llegada al destinoA las 16:00 del jueves 9 de mayo, el calor, acompañado de una suave brisa que mueve tulipanes lilas, rojos y naranjas, anuncia la llegada de la primavera.Llegar a Stonewall desde Brooklyn es sencillo. Dos trenes y aproximadamente diez estaciones de paso son suficientes para que, media hora más tarde, el conductor del enorme aparato anuncie la llegada al Greenwich Village.Luego de caminar varias cuadras, se puede divisar el bar. El sector es tranquilo y hay poca gente en las calles. Sin embargo, horas después el lugar lucirá lleno de visitantes.En la fachada exterior del bar, casi nada ha cambiado, a no ser por una placa metálica que está junto a la entrada principal, la cual reseña el nacimiento de la liberación por los derechos de las lesbianas y los gays.El enorme letrero, que en sus inicios anunciaba el nombre del bar, también desapareció. En su lugar se colocaron discretas letras de neón verde que después fueron cambiadas por otras en tono rojo, tras el escaparate de vidrio que antes de la revuelta estaba pintado de negro para evitar ser observados por homofóbicos y uniformados.Para entrar ahí era necesario hacerlo con una contraseña, único modo de evitar a los infiltrados.En lo alto de la fachada, cubierta por ladrillos color marrón, penden una treintena de banderas con los colores del arco iris, símbolo actual de la comunidad GLBTI.Ingresar al bar tapizado completamente en madera bien lustrada, incluidos sus pisos y pilares, es retroceder en el tiempo. Las sillas son del mismo material, pero muy sencillas, más bien se notan desgastadas.Una serie de revistas y folletos gratuitos, con información exclusivamente gay, está a la entrada. En las paredes, iluminadas estratégicamente por lámparas de vidrio en forma de flor, se destacan las fotografías enmarcadas, de los grupos que se rebelaron contra la represión policial. Están las de jóvenes de ambos sexos, obreros y profesores, entre otras.Nada ahí es glamuroso, o excéntrico. Una mesa de billar está muy cerca del enorme bar repleto de toda clase de licores y bebidas locales y extranjeras. También están las camisetas color negro, para los turistas que quieren llevarse un recuerdo del Stonewall.Sobre el largo mesón de madera de la barra, junto al recipiente de los sorbetes, hay una pequeña ánfora, donde muy bien podrían haber caramelos. Sin embargo, está llena de preservativos de colores que pueden ser tomados gratuitamente por los clientes.Quien nunca pasa desapercibido dentro de ese tenue lugar, iluminado por escasas lámparas de luz amarilla, es el enorme Tree (Árbol).El viejo y corpulento bartender de 74 años, testigo y actor de la revuelta de Stonewall, solo se lo conoce por ese nombre, y es quien da la bienvenida, con una amplia sonrisa, a todos quienes quieren pasar un buen rato ya sea solos o junto a sus parejas.La “movida” calle ChristopherEl Greenwich Village o llamado simplemente Village está ubicado al norte de Manhattan.Es un barrio exclusivo, residencial, progresista, moderno y bohemio, hogar de escritores y artistas.En el Village se encuentra el campus de la Universidad de Nueva York (NYU), una institución privada de educación universitaria e investigación, de las más prestigiosas del mundo, con más de 50.000 estudiantes.Ese sector ha sido hogar no solo de personajes de ficción, sino también de la vida real. En ese barrio vivían los personajes de la serie Friends, además de Mónica Lewinsky, la pasante que estuvo involucrada en un escándalo sexual con el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton.Sobre la calle Christopher, además del bar Stonewall, están los hogares de una numerosa población gay que llegó a principios de los 60, además de tiendas de ámbito sexual y clubes para homosexuales.Incluso hay una calle llamada Gay street. Cada año, en ese lugar, se realiza la marcha del llamado Orgullo gay, la cual se inició en Nueva York en 1970, en conmemoración del primer aniversario de la revuelta de Stonewall Inn.El enorme ÁrbolAltísimo, de piel blanca, ojos azules, y pelo color rojizo que cubren sus canas, Tree habla muy poco de lo que sucedió ese día.Dice que lo han entrevistado de todas partes del mundo para que cuente lo que vivió ese 28 de junio cuando 400 policías se enfrentaron a un número no determinado de gays.Con rapidez escribe en un papelito amarillo, la dirección de varias páginas de Google para que busquemos todas las notas que le han hecho.Su apuro es comprensible. El viejo de sonrisa bonachona, quien minutos antes se había jactado de no aparentar la edad que tiene, estaba más empeñoso en atender a un joven de afro, originario de Jamaica que se sentó al pie de la barra para pedir una cerveza, sin esconder su orientación sexual.Aunque eran cerca de las cuatro de la tarde, dentro del Stonewall habían clientes. Un nutrido grupo de jóvenes bulliciosos, entre hombres y mujeres, bebía muy cerca de la mesa de billar.A la entrada, un par de chicos trataba de pasar desapercibidos. Posteriormente, se les uniría Tree, para quien el mayor logro es que el entonces jefe de gobierno de Nueva York, John Lindsay, eliminara los llamados señuelos.El método, en esa época oscura para los GLBTI, recordó el bartender, permitía que un policía vestido de civil se infiltrara en el bar, le pusiera la mano en el muslo a un cliente y, después de algunos tragos, le ofreciera salir para concretar una cita. Una vez afuera, el policía esposaba a su víctima y la encarcelaba.El objetivo real de las autoridades de la época, era acabar con los lugares de reunión de gays y lesbianas, especialmente el Stonewall, que al parecer era de propiedad de la mafia, lo cual nunca fue comprobado.Luego de tres días de revuelta, finalmente la Policía decidió retirarse, dando paso, desde ese día al Gay power (Poder homosexual) y a la reivindicación de los derechos de los GLBTI.