Quienes habitan en la calle que divide las manzanas J y K, de la ciudadela San Jacinto, en el norte del cantón Durán, se llevaron una lúgubre sorpresa, pues sobre una vereda amaneció el cadáver de Orlando Francisco Murillo León, de 30 años.La víctima estaba sentada, con las piernas extendidas hacia la calle y con su brazo derecho apoyado sobre unas piedras afiladas y grandes. A simple vista parecía solo una persona dormida en el parterre, pero su rostro estaba lleno de sangre que salía de su cráneo.El hombre -de contextura delgada- estaba descalzo. Vestía una pantaloneta de tela y, al parecer, debajo de un buzo rojo llevaba puestas dos camisetas: una amarilla y otra blanca. Los lugareños contaron que lo reconocieron de inmediato. Ellos lo llamaban “Pancho”.Eran aproximadamente las 06:00 de ayer y a pocas cuadras del escenario del crimen está la casa donde habitaba la víctima, por eso sus familiares no tardaron en llegar. Los parientes estaban consternados; los moradores, preocupados.Una mujer contó que en 22 años que lleva viviendo en ese sector, es la primera vez que ocurre un asesinato, aunque afirmó que la zona es insegura. Una señora agregó que ayer, cuando salía al mercado con su esposo, supuestamente escuchó a unas personas discutiendo en la vía y por eso decidió regresar a su casa, pues recién empezaba a salir el sol.La fémina rememoró que entró a su domicilio y se quedó cerca de la puerta, para prestar atención a lo que sucedía. Luego recordó que alguien dijo enfáticamente “¿me vas a robar?” y posteriormente habría escuchado un disparo.La testigo señaló que no sabe quién disparó ni quién habló, pues no pudo ver bien la escena. Solo se acordó que después vio a un tipo que supuestamente salió corriendo hacia el norte de la ciudadela y a otro que iba en el mismo sentido en una moto blanca. La mujer tampoco detalló las características de los individuos, pues al parecer no los observó bien.
Ayudaba en el sectorUna moradora contó que Orlando Murillo era querido en el sector porque siempre ayudaba a sus vecinos con algunos mandados y en algunas tareas del hogar. Además, añadió que él se crió en el sector y que deja a una niña huérfana.La lugareña comentó que la víctima supuestamente estuvo bebiendo con otras personas antes de que ocurra el crimen, pero esto no fue confirmado por sus familiares, pues no quisieron hablar con los medios de comunicación acerca de lo sucedido.
No tenía antecedentesSegún los registros de la página web del Ministerio delInterior, Orlando Murillo no registraba prontuario delictivo. En los archivos de la Función Judicial del Guayas tampoco consta en procesos penales.En el anfiteatro de Medicina Legal, el teniente Freddy Sánchez, de Criminalística, informó que la víctima no tenía heridas por arma de fuego, pues habría sido asesinada con un objeto contundente. Tras la necropsia, se comprobó que el fallecido tenía una fractura en el parietal izquierdo (cráneo).
Una persona retenidaAntes del mediodía de ayer, agentes de algunas unidades de la Policía realizaron un operativo en la ciudadela Héctor Cobos, conocida como El Arbolito, para buscar a una persona que tendría relación con el crimen.Ese sector está dividido de la ciudadela San Jacinto, donde ocurrió el homicidio, por un estero y el campo santo Jardines de Durán, el cual está situado a una cuadra del lugar de los hechos. Los uniformados allanaron una vivienda y retuvieron a un hombre para investigaciones.
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