Globos con los colores amarillo, azul y rojo, música de Joe Arroyo y vallenatos colombianos daban la bienvenida a los clientes que acudieron la noche del viernes a al night club Doll House.
Independencia cafeteraEl motivo de la llamativa decoración y el ritmo era celebrar los 203 años de independencia de Colombia (cada 20 de julio).La mayoría de chicas que trabaja en el centro de diversión para adultos pertenecen a departamentos de Colombia, como Cali, Barranquilla, Medellín, entre otros. A pesar de que era una fiesta extranjera, los clientes ecuatorianos disfrutaron con las esculturales chicas, quienes, con sus trajes diminutos, jeans apretados y vestimenta tradicional -como el sombrero vueltiao o el poncho-, deleitaron a los presentes con sus sensuales movimientos.
Se prendía la fiestaMientras dos chicas causaban furor en el escenario con sus sensuales movimientos, curvas impresionantes y acrobacias imposibles de realizar, en el camerino número cinco Natalia, Estefania, Kyara, Maleja, Laura y Helen se retocaban para realizar el primer número de la noche.Un estilista retocaba a las “paisas”, quienes pasaron alrededor de dos horas en el vestuario recibiendo bronceado con un pequeño soplete, mientras otro ayudaba a que escojan la ropa tricolor con la que saldrían al escenario.Mientras la hora cero se acercaba, una de las chicas que hizo el strip-tease regresaba al camerino completamente desnuda, mientras los empleados de aseo trapeaban la blanca baldosa, el tubo en medio del escenario y los espejos.
Música colombianaA las 23:30, el disc-jockey puso cumbia colombiana. Los clientes se pararon, sacaron a la chica que los acompañaba y se regaron por toda la pista y los balcones que tiene el lugar para bailar pegadito, mientras tomaban el aguardiente. La mayoría de divas demostraron su maestría en la cumbia.
Las caleñas son como las floresCerca de la media noche, y ya cuando algunos clientes habían tomado varias botellas de aguardiente, en medio de la luz tenue y el humo, el sonido de los Latin Brothers puso a delirar a todas con el tema Las caleñas son como las flores.Fruko, fundador de la banda, no se equivocó, ya que las colombianas desviaban las miradas de todos los clientes con su caminar sensual.Con la música de fondo, las seis chicas que estaban listas para el show, salieron del camerino. Detrás del antifaz que usaban, sus ojos gatos miraban fijamente al escenario, mientras los meseros las complacían con agua. Por ahí Helen pidió a gritos seis shots (vasos pequeños) de tequila.El mesero, sin pensarlo dos veces, corrió al bar, sirvió las bebidas y complació a las colombianas, quienes en recompensa le dieron besos y se tomaron una fotografía ante el pedido del trabajador.Al grito de “Viva Colombia”, tomaron el licor y la coreografía empezó.Ellas se dispersaron por varios lugares. De manera sincronizada besaban a los clientes y los provocaban y sensualmente.Cinco minutos después se agruparon en el centro del escenario y al ritmo de hip-hop hicieron su show. Esta vez no hubo desnudo, simplemente baile con lencería sensual y tricolor.La danza duró pocos minutos. Las dos semanas de repaso tuvieron éxito y con más vivas para su país se retiraron al camerino en medio de los aplausos, piropos, nalgadas y una calle de honor hecha por los clientes.Todo salió a la perfección. Se cambiaron de ropa y las artistas improvisadas, salieron a disfrutar lo que quedaba de la noche.
Se alargó la rumbaA la una de la mañana, el Doll House se convirtió en una locura. Jorge Celedón, Los Inquietos del Vallenato, Joe Arroyo y demás estrellas del firmamento norteño pusieron el sabor “cafetero” en el club.Todos salieron a bailar, los sombreros quedaron en el piso por las vueltas y piruetas con ese ritmo “sabrosón”, cuerpo a cuerpo, con tremendas “triplemamitas”, que seguramente calmaron el “guayabo” con un “tintico” con aroma de mujer.