Un milagro salvó la vida de treinta y dos personas que viajaban la madrugada de ayer desde San Lorenzo (Esmeraldas) hasta Quito.
En el asfalto solo quedaba la carrocería inservible del transporte, los pedazos de vidrios rotos y las huellas negras de las llantas.
El parabrisas del conductor estaba completamente destrozado, los asientos de los pasajeros se habían salido de sus bases y en la parte frontal del bus solo quedaban unos cuantos periódicos y el clásico emplasticado con la oración del chofer, en la cual piden protección a “Papito Dios” en sus recorridos por las vías del país.
A pocos kilómetros de Guayllabamba, el bus, de placa PZI-863, comenzó a perder los frenos.
Según versiones de los testigos, aproximadamente un kilómetro antes de que la unidad de transporte se estrellara, el conductor empezó a frenar con marcha para intentar reducir la velocidad, pero como se trataba de una pendiente pronunciada no fue posible y prefirió darse con los matorrales que caer al río.
El teniente Marco Castillo, oficial de guardia del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT), explicó que se trata de una pérdida de carril de circulación y estrellamiento. El policía rescató la destreza del conductor al momento de desviar el bus, porque de lo contrario “los resultados pudieron ser fatales de no ser por la maniobra”, dijo.
El cuerpo de rescate explicó que lo más probable era que el micro fuera a parar en el río rompiendo las cercas de seguridad de la carretera.
Heridos
De las 32 personas que viajaban en el bus, quince resultaron con heridas leves y de estas, seis fueron trasladadas a casas de salud, pues los golpes que sufrieron eran de mayor consideración.
El resto de pasajeros que no resultaron lesionados fueron trasladados hasta la capital en un vehículo de la flota Pichincha.
“Problemas con Panavial”
Javier Cárdenas, paramédico del 911, manifestó que minutos después del accidente la ambulancia de rescate de Panavial llegó hasta el lugar de los hechos, pero cuando los socorristas pidieron su colaboración el conductor se negó. “Dijeron que ese tramo no está dentro de su recorrido y que no podían hacer nada”.
El paramédico aseguró que, a pesar de explicarles varias veces que el bus circulaba por la Panamericana Norte en el momento del accidente, los representantes de la concesionaria de vías se retiraron del lugar como si nada. “Tuvimos que esperar para que más ambulancias vinieran desde Quito para ayudar”, comentó.
Hasta ayer la Policía desconocía la identidad del conductor, pues cuando llegaron al lugar del accidente el hombre se había fugado del sitio y quien deberá colaborar con los datos del chofer es el ayudante del transporte que permaneció en el bus hasta la llegada de los rescatistas.