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¡Coca “tapiñada” en el estero!

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Basilio Beltrán, de 86 años, no sabía lo que ocurría a su alrededor la noche del pasado jueves.  Eran las 21:00 y elementos de la Marina y la Policía tenían acordonada el área donde está asentada su vivienda, en un sector del estero Corvinero Chico, a 20 minutos del puerto marítimo de Guayaquil en lancha rápida.
El octogenario tampoco sabía que a pocos metros de su domicilio habían 14 maletas con 780 kilos de droga envueltos en forma de ladrillo, con plásticos y cinta de embalaje.
La mayor parte de los bolsos fueron encontrados sobre tierra, cubiertos con planchas de zinc, entre maleza y bajo los árboles. Los otros bultos estaban sobre una lancha sin motor, que tenía números pintados con color azul.
Cerca del domicilio de Beltrán existen otras dos pequeñas casas de caña guadua, que ayer fueron inspeccionadas por los uniformados. Según el lugareño, allí habitan sus sobrinos, pero al salir por la mañana a pedirles algo para desayunar ya no estaban.
Basilio tiene problemas de visión y mencionó que habita en el sector hace cuarenta años y se dedica a la pesca. Su familia vive en Guayaquil, en la 37 y San Martín.
La Fiscalía de Antinarcóticos acudiría al lugar para contactarse con ellos, pues los parientes que abandonaron las viviendas en el lugar del hallazgo de la “coca” aún no comparecen a dar su versión de los hechos y tienen sospechas que estarían involucrados.
El capitán de Navío, Mauricio Alvear, comandante del Cuerpo de Guardacostas, señaló que recibió una llamada al número de emergencias marinas 149 y “nos dijeron que en ese sector había gente que se dedicaba al tráfico de drogas y planificamos un operativo con Inteligencia militar y la Policía Antinarcóticos”.
Alvear también mencionó que al llegar detectaron “rápidamente” el alcaloide. “Los especialistas hicieron pruebas preliminares y concluyeron que se trataba de cocaína”, agregó.
El estupefaciente, según la autoridad, está valorada en aproximadamente 22 millones de dólares. En el sector donde se realizó el operativo  habían canoas, redes de pesca y gavetas con camarón, conchas y caracoles.
Desde el lugar pueden observarse los buques mercantes que zarpan del puerto. Un guardacostas comentó que “hay varias formas de operar. Desde los barcos pueden dejar o llevar mercadería ilegalmente”.

124 toneladas de alcaloide “cayeron” desde 2009
El 40% de la droga incautada desde enero de este año hasta abril fue detectada en la provincial del Guayas, según el director nacional Antidrogas de la Policía, Nelson Villegas, la semana pasada.
“Desde enero pasado, Ecuador ha decomisado alrededor de 12 toneladas de drogas, principalmente cocaína”, informó Villegas.
Antes del hallazgo del alcaloide que se realizó la noche del pasado jueves en el sector del estero Corvinero Chico, se confiscó 843 kilos de cocaína que iban a ser transportados desde Guayaquil hacia Canadá y Holanda, informó el jefe policial de la provincia, Patricio Pazmiño.
527 kilos de la droga fueron hallados en varias valijas escondidas en un contenedor con plátanos que iban a ser exportados hacia Holanda, mientras los agentes encontraron otros 316 kilos entre chatarra de maquinaria pesada lista para ser enviada a Canadá.
En esta acción policial fueron detenidos dos ciudadanos ecuatorianos.
Las 12 toneladas de alcaloide incautados se unen a los 26 que fueron decomisadas el año pasado, 18 en 2010 y 68 (64 de ellas de cocaína) en 2009, este último se ha convertido en la cifra récord en los últimos años, lo que suman 124 toneladas desde 2009, según informes de la Policía.
En este mes las autoridades de Holanda incautaron 575 kilos de cocaína en un barco procedente de Ecuador, mientras que las de Guatemala confiscaron 232 kilos en un contenedor que llegó a Puerto Quetzal, también desde nuestro país. (PA)

22 sacos de pura “yerba” en Esmeraldas
Más de una tonelada de marihuana fue decomisada por agentes de la Policía Antinarcóticos de Esmeraldas.
Se hallaron 22 sacos de color verde, que en su interior contenían aproximadamente 52 paquetes tipo ladrillo. En total se incautaron 1.076 paquetes. El operativo se realizó en el barrio El Cuerval, en la parroquia La Tola.
Cinco personas fueron detenidas cuando desembarcaban la droga desde lanchas hacia la casa allanada.    (CCh)

Tenían todo listo
El comandante Alvear mencionó que “los contrabandistas tenían otro modo de operar respecto a los casos anteriores. Ellos tenían la droga en superficie y solo esperaban el momento justo para actuar”.
Según el jefe de los guardacostas, la droga era puesta en embarcaciones pequeñas para trasladarla hasta los buques mercantes que pasan por el sector, pues “en esa zona deben bajar la velocidad, como es normal, acercan las lanchas y, en complicidad con algún tripulante, suben la mercadería a los barcos. Luego estos se encargan de meterlas en los contenedores”, explicó un agente Antinarcóticos.
El sector en el que realizó la operación está situado entre las bollas 62 y 66. Para llegar al sitio hay que usar navegadores satelitales, por medio de coordenadas, pues no hay lugares de referencia.
La droga tenía como destino Centro América, Europa y Estados Unidos.
Según los registros de la Marina, en lo que va del año ellos han incautado cerca de 12 toneladas de cocaína: 8 en un sumergible frente a la isla de los Muertos, 3 en la isla Puná y en el último, 780 kilos.
Hasta el momento, esta operación no deja personas detenidas. La Fiscalía Antinarcóticos espera llegar a los propietarios del lanchón por medio del código que había en la cubierta.
Ayer, cerca de las 11:00, al menos 25 elementos de los guardacostas e infantes de Marina volvieron al sector para inspeccionar el área, pues sospechan que en el sitio hay más droga camuflada entre la espesa maleza.    (SCM)

El modus operandi
Los narcotraficantes tenían la droga lista en maletas, en la superficie, para colocarla en alguna embarcación pequeña lo más rápido posible.
Luego, cuando el buque mercante pasaba por el estero Corvinero Chico, entre las bollas 62 y 66, los traficantes se dirigían hacia el barco, pues en ese sector deben bajar la velocidad obligatoriamente.  
Los sujetos tenían complicidad con los tripulantes de la lancha. Ellos se apegaban al barco y les pasaban los bultos con la droga, todo en movimiento.
Los cómplices se encargaban de meter la coca en los contenedores y los que iban en la pequeña nave volvían a tierra.



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