Hosni Mubarak, derrocado por un levantamiento tras 30 años de gobernar a Egipto, fue sentenciado ayer a cadena perpetua por su rol en una matanza de manifestantes, tras un juicio que marca un precedente para los autócratas de Oriente Medio.
Pero eso no fue suficiente para miles de egipcios que se volcaron a las calles tras conocer el veredicto. Algunos pedían la ejecución de Mubarak, otros temían que el fallo expusiera debilidades en el caso que pudieran permitir a Mubarak apelar.
La agencia de prensa estatal MENA reportó que Mubarak fue ingresado en un hospital carcelario tras una “crisis de salud” tras conocer la sentencia.
“Mubarak ha ingresado al hospital de la cárcel de Tora, dejando el avión que lo transfería de la corte a la prisión”, dijo la agencia.
El fallo se produjo en momentos de tensión política en Egipto, dos semanas antes de la segunda vuelta de las primeras elecciones presidenciales libres del país que enfrentará a los Hermanos Musulmanes, que fueron vetados bajo el mandato de Mubarak, con el último primer ministro del derrocado presidente.
Tras conocerse la sentencia hubo enfrentamientos afuera del tribunal entre funcionarios de seguridad y los manifestantes.
Más que el proceso para cerrar heridas que esperaban los egipcios, muchos consideraron que el juicio que absolvió a los principales funcionarios de seguridad demuestra cuánto del viejo orden de Mubarak sigue operando.
Pero fue la primera vez que un líder depuesto compareció ante una corte ordinaria civil desde el inicio de la ola de levantamientos que sacudió al mundo árabe el año pasado, desatando la caída de cuatro gobernantes autocráticos.
Los Hermanos Musulmanes emitieron un comunicado tras el veredicto solicitando una repetición del juicio contra Mubarak con mayor evidencia.
“El fiscal público no cumplió del todo con su deber de recabar evidencia adecuada para condenar al acusado por la muerte de manifestantes”, dijo Yasser Ali, portavoz de campaña para Mohamed Mursi, candidato presidencial de los Hermanos Musulmanes.
La defensa del expresidente apelará la sentencia. Desde ayer, la defensa tiene 60 días para presentar un recurso ante la corte de casación.