La imagen del Divino Niño ahora protege del frío a la familia de María Ignacia Tubón, de 62 años. Estaba en su habitación, donde cada mañana y noche le pedía por el bienestar de su hogar. Ahora, aquella imagen bien conservada en una caja de madera y cubierta de telas de seda le sirve para tapar aquel hueco que quedó en la división entre la sala y el dormitorio a consecuencia del sismo que se sintió con fuerza en la zona central del país.María recordó que regresaba de los cultivos cuando sintió que la tierra tembló. “Parecía que nos hablaba (la tierra) y todo se movía con mucha fuerza”, recordó. Toda la vivienda tiene cuarteaduras.No es la única casa destruida. En el sector de Tambaló, parroquia de San Fernando, a hora y media de Ambato, son 30 casas que quedaron con fisuras en las paredes. Veinte están inhabitables.En la comunidad de Calama Grande y Guayama, otras diez familias temen que “con un viento fuerte” se queden sin nada.Mientras que Calama y Guayana, a 4 mil metros sobre el nivel del mar, a donde se llega en camioneta 4x4 o caminar hasta dos horas a la vía principal para encontrar un vehículo que lo traslada a la ciudad. Los caminos son de tercer orden y desde el lunes hay derrumbes por todos lados. SÚPLICASEl lunes, los tungurahuenses suplicaron al Todopoderoso para que no repita aquel sismo del 5 de agosto de 1949 que desoló las provincias de Tungurahua, Cotopaxi y Chimborazo.Juana de la Cruz fue una de las primeras en abandonar la casa. Se mueve con solo tocarla. La pared que da al dormitorio se desplomó. María dice que se salvó porque Dios es grande. “El día del temblor me hallaba donde mi hija porque estaba enferma, si me quedaba los bloques me aplastaban”, dijo.Construyeron su casa con la venta de cada cosecha de papa, zanahoria y ocas. “Ahora tengo miedo regresar porque se puede caer. Me quedé sin nada”, dice.El mismo sentimiento tiene María de la Cruz, la pared de tierra cayó sobre la cocina en el momento que preparaba el desayuno. Mientras que la vivienda de María Virginia de la Cruz quedó sin pared, pero por suerte todos habían acudido a la feria. Luis Tixilema tardó diez años para construir su morada de dos pisos de cemento y ahora también tambalea.Los afectados temen retornar a sus casas porque el viento sopla fuerte en la zona alta de San Fernando.Verónica Shulqui, tenienta política, desde el lunes recorrió las zonas afectadas. “Coordinamos con la Secretaría de Gestión de Riesgos, Miduvi y MIES para que llegue la ayuda a las comunidades”, expresó.La casa comunal fue acondicionada como un albergue temporal hasta que la atención llegue a las viviendas más afectadas. Mientras en Calama los vecinos no dejan de suplicar para que la tierra no vuelva a temblar. DEMOLERÁN CASASDespués del informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos, la Dirección Provincial del Miduvi de Tungurahua solicitará la demolición de por lo menos 20 casas que fueron afectadas por el sismo en la comuna Tambaló, según Gabriel Jiménez, técnico del Miduvi.Aseguró que las viviendas fueron construidas sin dirección técnica y son un peligro. La propuesta es la construcción de casas de 36 m2 con el bono de 5 mil dólares que entrega el Gobierno. (YIE)
La imagen del Divino Niño ahora protege del frío a la familia de María Ignacia Tubón, de 62 años. Estaba en su habitación, donde cada mañana y noche le pedía por el bienestar de su hogar. Ahora, aquella imagen bien conservada en una caja de madera y cubierta de telas de seda le sirve para tapar aquel hueco que quedó en la división entre la sala y el dormitorio a consecuencia del sismo que se sintió con fuerza en la zona central del país.María recordó que regresaba de los cultivos cuando sintió que la tierra tembló. “Parecía que nos hablaba (la tierra) y todo se movía con mucha fuerza”, recordó. Toda la vivienda tiene cuarteaduras.No es la única casa destruida. En el sector de Tambaló, parroquia de San Fernando, a hora y media de Ambato, son 30 casas que quedaron con fisuras en las paredes. Veinte están inhabitables.En la comunidad de Calama Grande y Guayama, otras diez familias temen que “con un viento fuerte” se queden sin nada.Mientras que Calama y Guayana, a 4 mil metros sobre el nivel del mar, a donde se llega en camioneta 4x4 o caminar hasta dos horas a la vía principal para encontrar un vehículo que lo traslada a la ciudad. Los caminos son de tercer orden y desde el lunes hay derrumbes por todos lados. SÚPLICASEl lunes, los tungurahuenses suplicaron al Todopoderoso para que no repita aquel sismo del 5 de agosto de 1949 que desoló las provincias de Tungurahua, Cotopaxi y Chimborazo.Juana de la Cruz fue una de las primeras en abandonar la casa. Se mueve con solo tocarla. La pared que da al dormitorio se desplomó. María dice que se salvó porque Dios es grande. “El día del temblor me hallaba donde mi hija porque estaba enferma, si me quedaba los bloques me aplastaban”, dijo.Construyeron su casa con la venta de cada cosecha de papa, zanahoria y ocas. “Ahora tengo miedo regresar porque se puede caer. Me quedé sin nada”, dice.El mismo sentimiento tiene María de la Cruz, la pared de tierra cayó sobre la cocina en el momento que preparaba el desayuno. Mientras que la vivienda de María Virginia de la Cruz quedó sin pared, pero por suerte todos habían acudido a la feria. Luis Tixilema tardó diez años para construir su morada de dos pisos de cemento y ahora también tambalea.Los afectados temen retornar a sus casas porque el viento sopla fuerte en la zona alta de San Fernando.Verónica Shulqui, tenienta política, desde el lunes recorrió las zonas afectadas. “Coordinamos con la Secretaría de Gestión de Riesgos, Miduvi y MIES para que llegue la ayuda a las comunidades”, expresó.La casa comunal fue acondicionada como un albergue temporal hasta que la atención llegue a las viviendas más afectadas. Mientras en Calama los vecinos no dejan de suplicar para que la tierra no vuelva a temblar. DEMOLERÁN CASASDespués del informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos, la Dirección Provincial del Miduvi de Tungurahua solicitará la demolición de por lo menos 20 casas que fueron afectadas por el sismo en la comuna Tambaló, según Gabriel Jiménez, técnico del Miduvi.Aseguró que las viviendas fueron construidas sin dirección técnica y son un peligro. La propuesta es la construcción de casas de 36 m2 con el bono de 5 mil dólares que entrega el Gobierno. (YIE)