Mientras unos bailan en el Inti Raymi (agradecimiento a la tierra por los frutos recibidos) otros lloran la muerte de sus seres queridos. Ese es el caso de las familias Túquerrez Perugachi y Matango Suárez, oriundas de la comunidad de Gualsaquí, parroquia Quichinche, donde el último domingo las festividades se vieron empañadas por un hecho de sangre.
Juan Roberto Túquerrez, albañil y padre de seis menores de edad, y José Manuel Matango, soltero, pero que ayudaba a sus padres en los gastos del hogar, fueron asesinados a piedrazos y palazos por presuntos bailarines mientras caminaban a su hogar en distintas direcciones. Los dos, según el protocolo de autopsia, fallecieron a causa de contusiones en la cabeza y rostro provocadas por un objeto contundente. La frialdad con la que se actuó alarmó y conmocionó al sector. Un habitante, quien prefirió no ser identificado, comentó que es la primera vez que se registra un hecho de esas características en el Inti Raymi, “pues el sector es tranquilo”, aunque reconoce que por las fechas las comunidades se vuelven rivales por la territorialidad.
El antropólogo Raúl Bolaños comentó que el hecho de sangre registrado en Gualsaquí es un caso fortuito, “no tiene que ver nada con la fiesta del Inti Raymi”, porque ocurrió luego de la entrega de gallos y afuera de la toma de la plaza. Según él, esto “alcanzaría un nivel de vandalismo que se sale de las manos de la organización, pese a la concienciación que se realiza”.
El especialista cuenta que en el mundo andino el espacio de la territorialidad y las confrontaciones siempre han existido y que en la toma se enfrentan las comunidades altas y bajas para demostrar su poderío.
Aclara que no es una fiesta en la que se confronta a morir, sino que, de acuerdo a documentos antiguos, los hombres descargan las energías acumuladas a través del baile, comida y bebida hecha a base del maíz.
Hasta 1950, en el caso del cantón Cotacachi, por ejemplo, se enfrentaban entre dos personas (un capitán de cada comunidad) a puño limpio y se utilizaban látigos hechos con genitales de ganado vacuno o porcino para golpearse. La pelea terminaba cuando uno de ellos caía al piso por el acierto de un puñete y se daba el derramamiento de sangre que por las fechas es normal.
Sin embargo, esto ha cambiado, dice el experto, a partir de 1990, cuando se empezó a utilizar palos y piedras, incluso armas blancas. Esto, en parte, dice, ocurre “por la migración de los jóvenes que han introducido nuevas formas de celebración”. Los días más fuertes de la toma de la Plaza serán el próximo viernes y sábado, por lo que estarán desplegados al menos 400 uniformados, según explicó el comandante de la Zona Uno, Guillermo Balarezo. El año anterior, en Cotacachi se registraron 10 asfixiados y dos heridos con arma blanca.
Jaime Jaramillo, de la Subjefatura de Otavalo, comentó que las investigaciones se harán en coordinación con la Fiscalía, que ayer se preveía que designe el personal que se hará cargo de la indagación requerida por familiares de las víctimas.