El concierto inició a las 18:40. Pese a los 10 minutos de retraso, el público reunido en el teatro Sánchez Aguilar, de la vía a Samborondón, esperó paciente la salida de su ídolo.
Con 24 músicos de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, Alberto Plaza salió sonriente, vestido con jean y terno negro. Sus primeras canciones, Polvo de estrellas, Febrero 14, Milagro de abril y Amiga del dolor, generaron un viaje a través del tiempo para recordar amores, decepciones, alegrías y tristezas.
A mediados del show su nuevo tema Nadie cautivó a los presentes. “Voy a hacer canciones agrupaditas que quedaron en el baúl de los recuerdos y que tocaron corazones... Pero ¿puedo afinar la guitarra?”, exclamó el araucano, quien recibió un “sí” de parte de la multitud.
Cerca de las 20:00, la melodía Dime hermano puso el ritmo folclórico. “Me gusta el folclor de América Latina porque crecí con el. El sonido del charango, rondadores, etc... Es así como salió esta canción que quizá muchos desconocen”. El compás de los instrumentos autóctonos con las trompetas hicieron vibrar a más de uno.
La velada se extendió hasta las 21:00 con Aventurera, Bandido y Ahora, esta última arrancó fuertes aplausos y un coro a viva voz.
Con la rítmica Remedio para el corazón y su tradicional baile de lado a lado, el poeta Plaza se despidió de la audiencia con un “gracias Guayaquil”.
A unos pocos minutos volvió a escena despidiéndose por completo con Cuándo vendrás, no sin antes agradecer a sus músicos, al centro comercial Village Plaza por la organización del evento y a todos sus seguidores con un “hasta siempre”. (CAA)