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Danza del Inti Raymi se convirtió en batalla mortal

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Cinco minutos fueron suficientes para que el parque La Matriz se convierta en un verdadero campo de batalla. Entre los concurrentes se enfrentaron a balazos, piedras, palos, látigos y gas lacrimógeno.
Esa fue la tónica que se vivió en la toma de la plaza cuando bailarines de varias comunidades se enfrentaron. El resultado de la gresca, dos hombres muertos y 16 heridos, además se empañó el tradicional festejo en esta provincia.

No quisieron salir

Como cada año, al finalizar junio, por las festividades del Inti Raymi (agradecimiento a la tierra por los frutos recibidos), las comunidades indígenas altas y bajas de Cotacachi se toman la plaza, sitio sagrado.
Tanto unas como otras, en un ritual de danza guerrera tratan de demostrar su poderío y gallardía. Al encontrarse surgen los enfrentamientos.
Para evitar provocaciones se realizaron horarios de entrada y salida de las diversas comunidades a la plaza, pero, al parecer, en esta ocasión no se respetaron tales disposiciones, según el mayor de Policía, Cristian Pérez, jefe del destacamento.
La mañana y parte de la tarde del viernes el acto festivo se desarrolló con normalidad, pero a las 15:00  la celebración cambió abruptamente.
El relajo comenzó, aparentemente, cuando comunidades bajas intentaron ingresar y los participantes de las comunidades altas se negaron a abandonar el parque.
Desde el tumulto de El Cercado, Cuicocha y San Martín salieron disparos, al parecer, alguien portaba un arma calibre nueve milímetros.
Los disparos incitaron a la violencia entre los hombres que se salieron de la plaza y golpeaban con puños, piedras y látigos. La Policía lanzó gas lacrimógeno para repelerlos y separarlos. Pero el daño estaba hecho. Dos de los bailarines quedaron mal heridos. José Humberto Guanga, de 27 años, recibió un balazo en la región de su abdomen, y José Antonio Izama Bonilla, de 28, al parecer, lo pisotearon y le cayó una pedrada en el pecho.
Al primer herido fue llevado hasta el hospital San Vicente de Paúl, en Ibarra, donde falleció, y el segundo fue trasladado al Asdrúbal de la Torre, de Cotacachi. Después dejó de existir.

Se llevaron cadáver

El cadáver de Izama Bonilla fue conducido a la morgue, donde permaneció hasta que el fiscal Geovanny Jiménez arribó junto a agentes de la Policía Judicial y Criminalística para hacer el levantamiento.

Cuando los funcionarios iban a llevarlo a Ibarra para practicarle la autopsia, por cuanto en el cantón Cotacachi no tienen médico legista, un grupo de más de 50 bailarines de San Martín irrumpió en la casa de salud y junto a los familiares no permitieron que saquen el cuerpo.  
Personal del Grupo de Operaciones Especiales intervino para calmar los ánimos. Luis Túquerrez, síndico de la comunidad, dijo que sabían que el hombre había muerto y se lo querían llevar a la comunidad para velarlo.
El fiscal Jiménez les explicó que la diligencia legal era necesaria para esclarecer la muerte, aunque era su decisión y los dejaba ir para evitar problemas. Al final, los comunero en una camioneta trasladaron al occiso para que su esposa, Esther Izama, y más allegados, quienes no quisieron dar declaraciones, le den el último adiós.

No hubo colaboración

Para el control de los rituales en la plaza se destinaron 250 uniformados de Imbabura, Tulcán y antimotines de Quito.
El mayor Pérez aseguró que los cacheos se realizaron tal y como estaba previsto, es decir cuando los bailarines salieron de cada comunidad, pero, al parecer, no hubo la colaboración, pese a que hace unos días en una reunión se firmaron actas de compromiso de no portar ninguna clase de arma.
Para el oficial es imposible efectuar la requisar mientras se realiza la toma de la plaza, porque se fomentaría el conflicto entre las comunidades y la fuerza pública.  
En este enfrentamiento, otras 16 personas quedaron heridas, 14 de ellas de forma leve y dos con perdigones, por lo cual fueron trasladadas hasta el hospital San Luis de Otavalo y San Vicente de Paúl.

Antecedentes

Las muertes de Guanga e Izama se produjeron cuatro días después de los incidentes registrados en la comunidad de Gualsaquí, parroquia rural de Quichinche, en Otavalo.
En el lugar fallecieron por contusiones en la cabeza y cara Juan Roberto Túquerrez Perugachi, de 40 años, y José Manuel Matango Suárez, de 46.
Ellos fueron atacados con objetos contusos como piedras y palos, por un grupo de presuntos bailarines, cuando retornaban a sus casas, después de un acto por el tradicional festejo, según expusieron los familiares.
Jaime Jaramillo, jefe de la Subjefatura, dijo que hasta el momento no existen detenidos por tales agresiones y las investigaciones con la Fiscalía continúan.
Además de los fallecidos, en este año, la celebración del Inti Raymi  dejó más de 30 heridos, la mayoría en Cotacachi.

“Fue vandalismo”

El antropólogo Raúl Cevallos comentó que los enfrentamientos por las fechas son normales.
Las comunidades se vuelven rivales en la toma de la plaza, pero la idea no es matarse y menos introducir armas, piedras o palos.
La tradición que hasta 1990 se respetaba era que si se encontraban comunidades altas y bajas el capitán que guiaba el baile de cada comunidad se enfrentaba a puño limpio, es decir uno a uno.  
Cuando el capitán por la fuerza del golpe sangraba y caía al piso se acababa la pelea.  
Por las características como se dieron las muertes, el estudioso calificó de vandalismo lo ocurrido en Gualsaquí.



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