Brindar un café y luego leer el presente, pasado y el futuro de las personas a través de las huellas de la taza es uno de los dones que María Augusta Torres o “María cafecito”, como la conocen sus amigos y clientes, tiene.
Pero, ¿qué tan cierto es esto? Según María, la vida de una persona puede reflejarse en los restos del café, sin embargo no cualquiera puede darle significado a las huellas, “tiene que ser alguien que sepa, alguien que tenga el don”, comenta.
Es importante que quien se dedica a la lectura posea una espiritualidad y una sensibilidad mucho más potenciada que el resto de seres humanos comunes y corrientes.
Lo que primero hace María es preparar el café, que por cierto no puede ser cualquiera, sino uno especial, de buena calidad, mezclado con especias propias de este arte. Luego se sirve la bebida en una taza pequeña y el líquido es ingerido por la persona que quiere conocer su predicción.
Para que el residuo pueda ser leído correctamente la persona debe tomarlo en sorbos pequeños hasta dejar una porción, relativa a un dedo, dentro de la taza. El envase es girado y entonces se activa el don de la lectora.
Su nexo es el facebook
La idea de realizar la lectura del café a través del Internet nació como petición de las clientas de María. Muchas de sus amigas y conocidas a quien acostumbraba guiarlas mediante este oráculo salieron del país, sin embargo, a pesar de la larga distancia, siempre buscaban la forma de comunicarse con “María cafecito”.
El Facebook (red social) se ha convertido en una herramienta importante para su trabajo, pues gracias a esto ha conseguido clientes alrededor del mundo. De seguro usted se hace la misma pregunta que yo tenía antes de realizar este reportaje, ¿cómo lee el café si este debe ser tomado por el cliente?
María explica que para este tipo de lecturas aplica otro don que se conoce como el desdoblamiento astral. Con una fotografía o a través de vídeo conferencias ella logra concentrarse en aquella persona que está lejos y luego bebe el café.
Aunque suene extraño María asegura que “tiene la misma eficacia que cuando la persona está presente”, una muestra clara de esto es que sus clientes siempre regresan, “esto es como cualquier otra cosa, si haces bien tu trabajo, la gente regresa, sino no”, argumenta.
Historia
La lectura del café es una práctica milenaria, la época de su aparición no se conoce con exactitud, no obstante se sabe que fueron las mujeres del Medio Oriente, específicamente de Siria y Turquía, las primeras en dar significado a las figuras del residuo del café.
En América, la práctica llegó a inicios del siglo XX cuando nativos de los países mencionados comenzaron a inmigrar al continente debido a los constantes conflictos y violencia que se vivía en sus tierras.
Según la historia, hace mil años la mujer de un sultán que poseía grandes poderes de clarividencia desarrolló esta técnica, pues cada vez que alguien terminaba de tomar café notaba que los restos de este dejaban varias figuras en los lados y al fondo de la taza.
Con el tiempo la lectura del café pasó de ser una práctica privada a convertirse en una forma de vida de quienes poseen este don.
“Los beduinos la usaban mucho para conocer el futuro de sus guerras”, explica María. Para ella poder leer el café es parte de sus cualidades como parapsicóloga, un don que a diario lo refuerza con diferentes conocimientos sobre el tema.
María realiza este tipo de prácticas en su domicilio, en donde además de avizorar el presente, pasado y futuro de las personas, crea un ambiente de confianza para poder guiar a sus clientes con cada resultado del café.