Tenía cerca de un mes en la ciudad. Antes estuvo dos años en África. Provenía de la provincia de Los Ríos y actualmente laboraba en una obra para el Municipio de Pedro Carbo (Guayas). La mañana de ayer, el ingeniero civil Jaime Janer Basurto Aspiazu, de 52 años, recibió un tiro en la cabeza cuando esperaba un bus para dirigirse al trabajo, a pocas cuadras de su casa, en la avenida 25 de Julio, sur de Guayaquil.
Lo esperaban
Cada mañana, según narraron los parientes, Basurto Aspiazu salía a las 06:00 de su vivienda. “Prefería viajar en carro de pasajeros, pues sí tenía vehículo, pero le estresaba el tráfico”, relató su cuñado Miguel Sigcho.
El allegado agregó que “soy taxi amigo. Salía a trabajar y me di cuenta que había bastante gente y me acerqué. Encontré a mi hermana y vi a su esposo tirado en el piso. Unas personas nos dicen que unos tipos lo esperaban, otros en cambio indican que andaban a pie”.
Un taxista que estaba en el sitio, quien mantuvo la reserva de su identidad, mencionó que “un sujeto de chompa negra estaba cazándolo, al parecer. Cuando él llegó, se le acercó, le pegó el tiro y se fue”.
Agentes de Criminalística analizaron la escena. No encontraron casquillos y revisaron una mochila que tenía la víctima, quien estaba cubierta por una extensa sábana blanca. Basurto tenía todas sus pertenencias. Los investigadores descartaron el robo.
El fiscal encargado de la diligencia, Abraham Cheing, informó que “los familiares tienen sospechas, pero hasta ahora no podemos confirmar de quién se trataría. Hay que esperar que estén calmados. La víctima recibió un solo disparo en la cabeza”.
“Quería vivir en el campo”
El cuñado del occiso comentó que Jaime Janer “deseaba trabajar duro. Estuvo en África y antes en las Bahamas. Ahora reunía plata porque quería retirarse e irse a vivir al campo. Le gustaba la tranquilidad. Él era de Vinces (pero en la cédula consta que era de Valencia)”.
Basurto convivía con Laura Morales y sus tres hijos de 9, 16 y 20 años. Ellos habitan en la cooperativa Nuevo Guayas, junto a la ciudadela Santa Mónica.
Antes de que el cuerpo sea llevado a la morgue de Policía, los parientes lloraron junto a él. Algunos quisieron abrazarlo, pero los agentes no lo permitieron.
El lugar de los hechos es transitado, es la vía que lleva al puerto marítimo de Guayaquil.
Denuncia
Los allegados acudieron a la Fiscalía de Flagrancia y denunciaron el hecho. En el documento consta que la víctima no tenía enemigos y que cada día, “después de regresar de Angola (África) hacía la misma ruta para ir a su trabajo. Era fiscalizador de obras para el Municipio de Pedro Carbo. Además, tenía una póliza de acumulación en el Banco Internacional”. La Fiscalía investiga este caso.