Un video muestra la ejecución de una mujer con una bala por ser sospechosa de adulterio en un pueblo a un centenar de kilómetros de Kabul. Se despunta la polémica sobre los avances de la condición de las mujeres en Afganistán tras diez años de presencia internacional.La imágenes son horribles. En un pequeño pueblo de la provincia de Parwan, pegada a la de Kabul, varias decenas de hombres, sentados en el suelo o agrupados en los tejados de las casas, fijan la mirada en la silueta de una mujer cubierta con un velo grisáceo que les da la espalda.La acusada, sentada, escucha la sentencia, o más bien su condena a muerte, sin mover ni intentar escaparse. Sólo mueve un poco la cabeza al principio de la secuencia."Esta mujer, hija de Sar Gul, hermana de Mostafá y esposa de Juma Jan, huyó con Zemarai. No la vieron en el pueblo durante más o menos un mes", enunció un hombre que parecía el juez, con barba larga y negra. Acababa de citar unos versículos del Corán que condenan el adulterio."Pero por suerte, los muyaidines la atraparon. No podemos perdonarla", continuó el juez talibán. "Juma Jan, su marido, tiene el derecho a matarla", dijo. Se le entregó entonces un fusil Kalashnikov a un hombre vestido de blanco que se ubicó dos metros detrás de la acusada.Entre los presentes, únicamente hombres, algunos grabaron la escena con sus teléfonos celulares. Otros pidieron al asesino que dejara de disparar.La versión oficial es sustancialmente diferente. Según Roshna Jalid, una portavoz de la provincia de Parwan, Najiba, de 22 años, fue detenida por los talibanes por haber mantenido "relaciones" (extraconyugales) con un comandante talibán del distrito de Shiwari, en la provincia de Parwan, y "hace 16 días" la condenaron a muerte.El ministerio de Interior afgano "condenó con firmeza" un acto "antiislámico e inhumano" cometido por "asesinos profesionales".Cada mes se registran crímenes odiosos contra las mujeres en Afganistán, principalmente en las zonas rurales donde rigen las tradiciones. Según la organización no gubernamental Oxfam, el 87% de las afganas afirma haber sido sometida a violencia física, sexual o psicológica o a una boda forzada.
Un video muestra la ejecución de una mujer con una bala por ser sospechosa de adulterio en un pueblo a un centenar de kilómetros de Kabul. Se despunta la polémica sobre los avances de la condición de las mujeres en Afganistán tras diez años de presencia internacional.La imágenes son horribles. En un pequeño pueblo de la provincia de Parwan, pegada a la de Kabul, varias decenas de hombres, sentados en el suelo o agrupados en los tejados de las casas, fijan la mirada en la silueta de una mujer cubierta con un velo grisáceo que les da la espalda.La acusada, sentada, escucha la sentencia, o más bien su condena a muerte, sin mover ni intentar escaparse. Sólo mueve un poco la cabeza al principio de la secuencia."Esta mujer, hija de Sar Gul, hermana de Mostafá y esposa de Juma Jan, huyó con Zemarai. No la vieron en el pueblo durante más o menos un mes", enunció un hombre que parecía el juez, con barba larga y negra. Acababa de citar unos versículos del Corán que condenan el adulterio."Pero por suerte, los muyaidines la atraparon. No podemos perdonarla", continuó el juez talibán. "Juma Jan, su marido, tiene el derecho a matarla", dijo. Se le entregó entonces un fusil Kalashnikov a un hombre vestido de blanco que se ubicó dos metros detrás de la acusada.Entre los presentes, únicamente hombres, algunos grabaron la escena con sus teléfonos celulares. Otros pidieron al asesino que dejara de disparar.La versión oficial es sustancialmente diferente. Según Roshna Jalid, una portavoz de la provincia de Parwan, Najiba, de 22 años, fue detenida por los talibanes por haber mantenido "relaciones" (extraconyugales) con un comandante talibán del distrito de Shiwari, en la provincia de Parwan, y "hace 16 días" la condenaron a muerte.El ministerio de Interior afgano "condenó con firmeza" un acto "antiislámico e inhumano" cometido por "asesinos profesionales".Cada mes se registran crímenes odiosos contra las mujeres en Afganistán, principalmente en las zonas rurales donde rigen las tradiciones. Según la organización no gubernamental Oxfam, el 87% de las afganas afirma haber sido sometida a violencia física, sexual o psicológica o a una boda forzada.