Un cargamento de unos 21,6 kg de cocaína de un valor de 1,3 millones de euros, fue descubierto en el puerto de Le Havre (norte de Francia), en un contenedor de mejillones (choros) congelados provenientes de Chile, anunció hoy la Aduana francesa.Según los primeros elementos de la investigación aduanera, la cocaína había sido introducida en el contenedor sin que el remitente y el destinatario estuviesen al corriente.Los traficantes habían remplazado el sello original del contenedor luego de introducir la droga.Esta técnica que es cada vez más utilizada, según la aduana, sirvió para el transporte de 113 kg de cocaína decomisada en este puerto en junio pasado. En este caso, la mercadería de un valor estimado en siete millones de euros había sido colocada en un contenedor con latas de atún proveniente de Ecuador.Por otra parte, el 21 de junio, los aduaneros decomisaron en el puerto de Le Havre, 3,5 kg de cocaína en un contenedor de efectos personales provenientes de Surinam y destinado a Holanda. La droga, oculta en botellas termos y en los altavoces de un un ordenador fue descubierta por un perro adiestrado.
Un cargamento de unos 21,6 kg de cocaína de un valor de 1,3 millones de euros, fue descubierto en el puerto de Le Havre (norte de Francia), en un contenedor de mejillones (choros) congelados provenientes de Chile, anunció hoy la Aduana francesa.Según los primeros elementos de la investigación aduanera, la cocaína había sido introducida en el contenedor sin que el remitente y el destinatario estuviesen al corriente.Los traficantes habían remplazado el sello original del contenedor luego de introducir la droga.Esta técnica que es cada vez más utilizada, según la aduana, sirvió para el transporte de 113 kg de cocaína decomisada en este puerto en junio pasado. En este caso, la mercadería de un valor estimado en siete millones de euros había sido colocada en un contenedor con latas de atún proveniente de Ecuador.Por otra parte, el 21 de junio, los aduaneros decomisaron en el puerto de Le Havre, 3,5 kg de cocaína en un contenedor de efectos personales provenientes de Surinam y destinado a Holanda. La droga, oculta en botellas termos y en los altavoces de un un ordenador fue descubierta por un perro adiestrado.