La muerte de una joven, por un presunto suicidio, despertó la furia de los familiares, quienes culpaban directamente al esposo y suegro de ser los responsables. Los reclamos se salieron de tono hasta provocar un enfrentamiento con agentes de la Policía.
Vilma Carmen Cepeda Lumaclla, de 24 años, fue encontrada por su suegro, José Guamán, colgada y sin vida en el baño de su domicilio, ubicado en Capitán Nájera y Eloy Alfaro, a las 23:00 del miércoles.
“El suegro de la joven expresó que estaba en su dormitorio cuando la pareja llegó al domicilio. El hijo, José Arturo Guamán, se acostó a dormir, mientras que Cepeda se dirigió al baño. Minutos después escuchó golpes en las paredes del baño, lo que produjo su curiosidad por saber lo que pasaba. Abrió la puerta y la encontró colgada”, expresó el fiscal Jackson Lima.
El suegro de Vilma relató ante el magistrado que su primera reacción fue correr, despertar al esposo y juntos corrieron a cortar la cinta del anaco que estaba enredada en el cuello. Ambos trasladaron el cuerpo hasta la cama matrimonial, donde intentaron darle respiración, pero todo fue imposible.
“Yo no creo esa historia, mi hija vivía en esa casa con el marido y el suegro. Sé que fueron ellos quienes la mataron. No hay otra explicación. Ya cuando nos llamaron para avisarnos se inventaron esa historia, pero yo no les creo”, señaló Baltasar Cepeda, progenitor.
Familiares de la joven mujer, todos oriundos de la provincia de Chimborazo, se aglomeraron en los exteriores del domicilio para conocer lo ocurrido. No pudieron ingresar hasta la parte alta de la casa donde quedaba el departamento de la pareja.
Sin embargo entre todos empezaba a despertar la ira cuando se conoció que existiría una carta que supuestamente sería escrita por la occisa, asegurando que su decisión se debía a una presunta infidelidad del conviviente. Esta versión no fue confirmada por el fiscal Lima.
En medio del trabajo realizado por agentes de Criminalística en el levantamiento del cadáver, se produjo un altercado cuando los familiares se percataron que los policías trasladaban en la patrulla a José Guamán y su hijo Luis Arturo Guamán.
“Ellos la mataron y ellos deben pagar”, gritó una tía. Los ánimos se elevaron cuando uno de ellos gritó desesperado “vamos a quitarles y los quemamos”. En cuestión de segundos se lanzaron contra los patrulleros intentando sacar a los sospechosos para lincharlos.
Los agentes policiales también recibieron algunos golpes en el intento por proteger la integridad de los implicados. La situación no llegó a mayores disturbios y los uniformados salieron con dirección hacia la Policía Judicial, donde siguen las investigaciones.