Un escalofriante hallazgo ocurrido la mañana de ayer en el cementerio de San Vicente, cantón Santa Elena, mantiene alarmados a los habitantes de esta comunidad.
Encontraron en medio del camposanto, entre las bóvedas y cruces, siete ollas de barro con fotos de varias mujeres envueltas entre sal y sapos muertos, y eso los tiene a todos con los “pelos de punta” y con la “piel de gallina”. Más aún que a los recipientes les habían prendido fuego e inclusive al momento del descubrimiento unos todavía humeaban.
La voz de alarma la dio Pablo Bravo, un comunero encargado del mantenimiento de las plantas que fueron sembradas en los alrededores del sitio sacramental, quien al observar que desde el interior salía humo acudió a revisar las tumbas.
Grande y aterradora fue su sorpresa que fue al poblado ubicado a medio kilómetro de allí y en compañía de más personas fueron a inspeccionar el terrorífico hallazgo. Todos coincidían que la noche anterior en ese lugar se practicó un caso de brujería para hacer maldad a las personas cuyas fotografías fueron encontradas.
Los retratos descubiertos no corresponden a personas de ese poblado, por lo que presumen que quienes practicaron la ceremonia negra o de hechicería serían de otros sitios.
Miguel Suárez Borbor, de 68 años, habitante de San Vicente, expresó que es la primera vez que ocurre un hecho de esa magnitud en el cementerio de su pueblo.
“Esto nos tiene muy nerviosos porque los brujos están cerca y cualquiera de nosotros puede recibir sus maldiciones, que nos pueden llevar hasta la tumba, a esa gente hay que tenerle miedo”, aseguró Suárez Borbor.