Llevado supuestamente por una fuerte depresión un campesino se mató y terminó con los problemas que lo agobiaban. Su mujer se marchó de la casa y eso fue motivo suficiente para suicidares.
Germán Teodoro Mejía Briones, de 35 años, a las 06:30 se encontraba solo en su morada, en el recinto Brisas, de Daule, y bebió una dosis de un mata malezas. No soportó la soledad, ya que su conviviente, Norma Alvarado Calderón, horas antes lo abandonó.
El ciudadano fue encontrado agonizando por sus familiares, quienes lo trasladaron hacia el hospital José Pino Morán, de Daule, donde no pudieron salvarlo.
El fiscal Rosendo Merino Carrillo ordenó las diligencias de ley.
En el hospital, abrazado al cuerpo de su hijo Germán su progenitor lloraba desconsoladamente. No podía creer que el “tesoro de su vida” como él le decía a su muchacho había tomado esta fatal determinación.
Con su voz entrecortada Norma Alvarado dijo a los agentes de la PJ que su conviviente en horas de la noche llegó mareado a casa y en ese instante uno de sus hijos le dijo que su mochila se le dañó. Esto lo molestó y comenzó a insultarlos.
Según la viuda, su suegro le pidió a sus nietos y a ella que se vayan de la casa y por ese motivo se fue al hogar de su madre.
Germán le pidió que regrese a su lado y Norma le contestó que iba a pensarlo. (ERS)