“Fui quien atendió al señor Quiñónez, le pasé un vaso de whisky”, dijo Marco, uno de los meseros del restaurante Los Arrieros, apresados la noche del sábado luego del asesinato del exboxeador Jaime Quiñónez, alias la “Bestia”.
Su testimonio fue parte de la audiencia de flagrancia en su contra y la de sus tres compañeros, todos trabajadores de dicho negocio.
Por más de ocho horas los cuatro hombres esperaron en las instalaciones de la Policía Judicial hasta que iniciara el proceso.
Los implicados fueron detenidos la noche del sábado, según la Policía por haber alterado la escena del crimen. Quiñónez fue asesinado dentro del restaurante, sin embargo los empleados del lugar sacaron el cadáver y luego limpiaron el sitio.
En los rostros de los involucrados se observaba claramente el cansancio. De un lado al otro daban vueltas aguardando la hora clave.
Con el paso de las horas, familiares y amigos de los sospechosos ingresaban a la PJ, todos preocupados por lo que fuera a ocurrir.
Aproximadamente a las 19:00 inició la audiencia. De un lado la Fiscalía y del otro los cuatro detenidos.
El primero en hablar fue Mario V., administrador del restaurante. Según él, minutos antes de que Quiñónez fuera asesinado, se encontraba en la barra, una mesa lo requirió y entonces se dirigió hasta la cocina para buscar una orden de papas fritas que le habían solicitado.
Apenas salía de la cocina cuando escuchó las detonaciones.
El segundo en hablar fue Jonathan, otro mesero. Esa noche el muchacho, de 23 años, servía tragos en la barra del restaurante, cuando levantó la cara para mirar hacia las mesas se fijó que dos personas agredían a Quiñónez y forcejeaban, luego de esto dijo no haber visto más.
Marco comentó que después de servirle el whisky al exboxeador, quien acompañaba al deportista le pidió que calentara su sopa, fue entonces cuando Marco recogió el plato, se dirigió hasta la cocina y luego se espantó con los disparos.
El último en hablar fue Jerson, guardia de seguridad del restaurante. De acuerdo a su testimonio a la hora del crimen se hallaba en el parqueadero atendiendo a unos clientes, minutos después al igual que Mario, Marco y Jonathan solo escuchó las detonaciones, sin alcanzar a mirar algo más.
Buscaban ayuda
Según la defensa de los trabajadores, haber limpiado la escena del crimen no es más que una consecuencia de la ignorancia, “nadie les dijo que no podían limpiar el lugar”, expuso la defensora pública.
Jonathan explicó que si sacaron el cadáver a la calle fue para buscar ayuda, según él, Quiñónez recibió su auxilio y lo que querían era que un taxi o alguien lo llevara hasta un hospital, sin embargo ningún carro paró.
¿Quiénes lo mataron?
De acuerdo a la exposición de la Fiscalía durante la audiencia, Quiñónez fue atacado por dos sujetos, uno alto y uno más pequeño, cada uno con un arma de fuego. Los hombres habrían ingresado primero al baño del establecimiento y luego salieron para asesinar al deportista.
La autopsia del pugilista muestra cuatro impactos de bala que le provocaron entre otras afecciones una hemorragia cerebral y fractura del cráneo.
A pesar de que fueron cuatro disparos, de un arma calibre 38, la Policía solo encontró un casquillo.
“No pueden desaparecer como si nada, alguien debió cogerlos”, dijo el oficial a cargo de la detención. El policía comentó además que es “extraña la alteración de la escena” y cuestionó los fines de esta acción.
Chaqueta con dinero
Según los empleados del restaurante detenidos, luego del asesinato de Quiñónez, quien lo acompañaba salió del local y fue a dar aviso a la Policía Judicial, sin embargo cuando los uniformados llegaron al negocio para ver lo que había ocurrido, lo primero que preguntaron fue por el paradero de una chaqueta, en la que había quinientos dólares, prenda que le pertenecía al amigo del occiso.
La Defensoría Pública cuestionó el accionar de la Policía, pues permitió que el acompañante de Quiñónez se marchara siendo un testigo fundamental en el caso.
Luego de la intervención de las partes procesales el juez de flagrancia acogió el inicio de instrucción fiscal en contra de las cuatro personas por el delito de alteración del lugar del crimen, tipificado en el artículo 296 del Código Penal.
Los implicados recibieron medidas sustitutivas, es decir no podrán salir del país y deberán presentarse cada cierto tiempo para garantizar su permanencia.
Frente a esta decisión el Ministro del Interior, José Serrano, se mostró molesto, y aseguró que se investiga a profundidad los movimientos que se realizan dentro de este restaurante.
El general Fabián Solano, jefe nacional de la Policía Judicial, comentó que para el fin de semana podrían existir resultados sobre los asesinos de Quiñónez.
Entierro
Familiares y amigos del fallecido velaron su cuerpo desde la tarde del domingo hasta la mañana de hoy. La ceremonia se realizó al ritmo de los vallenatos, género amado por el deportista.
Jaime Quiñónez será enterrado hoy, a las 11:00, en el cementerio del Batán.