Dos historias conmovedoras dejó el accidente ocurrido el domingo pasado, a las 06:30, en la vía a Guayllabamba.
Una madre y su hija que iba a rendir un examen en la universidad en Quito, salieron de Cayambe manifestándoles a sus seres queridos que regresaban pronto, mientras que Gustavo Sánchez pidió a las dos mujeres que le den un “aventón”.
El padre de familia dejó en la orfandad a tres niñas, una de las cuales vive en Galápagos, mientras que las otras dos con su madre.
Desde hace doce años, Gustavo residía en España, donde trabajaba como mecánico automotriz en una empresa. Hace un mes llegó para estar presente en la graduación de su hija, que se realizó el pasado 30 de junio
Después de permanecer en el hogar junto a su familia se acercaba la fecha de regresar al exterior. El viaje estaba previsto para hoy, a las 04:00.
Faltando tres días para su retorno a la “Madre Patria”, Gustavo, oriundo de Cayambe, fue a despedirse de sus familiares, pero no pasaron muchas horas y la fatalidad se presentó en la carretera cuando regresaba a su hogar, ubicado en Carapungo.
La mañana del domingo, aprovechando que Rosa Chachalo y su hija Diana Colimba viajaban tempranito a la capital, les pidió un aventón, ya que eran vecinos en la capital.
El viaje empezó sin novedad, pero en el kilómetro 19 ocurrió el fatal accidente, donde perdieron la vida los tres ocupantes del pequeño vehículo Corsa Evolution, color crema, de placa PKU-288.
Iba a dar un examen
Diana Colimba trabajaba y estudiaba. Las últimas palabras para la familia fueron “regreso después del examen”, pero nunca retornó con su madre que la acompañó al más allá.
Diana tenía previsto volver a Cayambe para recoger a su hijo, de 11 años.
El último fin de semana, madre e hija viajaron a Cayambe para reunirse con la familia.
La trágica noticia del fallecimiento de sus seres queridos llegó a las 20:00 del domingo. Sin llegar a dar crédito a lo sucedido, tras averiguar y confirmar que se trataba de sus allegados, se dirigieron a la morgue, donde en medio del dolor reconocieron a los cadáveres que la tarde de ayer fueron retirados del anfiteatro.
Diana y Rosa son veladas en la casa comunal de Carapungo, mientras que Gustavo fue llevado a su tierra natal, Cayambe, donde recibirá cristiana sepultura.
(HA)