Gladys Chango no pierde las esperanzas que su familia retorne a casa. Llora de la angustia al no saber de su paradero, pero en sus oraciones solo le suplica a Dios que los proteja estén donde estén. Mientras que José Achachi está resignado. “Solo quiero que aparezcan vivos o muertos”, acotó.
Es que para los integrantes de la familia Toapanta Achachi es un misterio lo que ha sucedido. Desde el viernes buscan a los siete integrantes que viajaron a Loja y no hay rastros de su paradero.
Fueron hacia la virgen
A las 02:00 del viernes, Luis Hernán Toapanta salió junto a su esposa, María Rosario Achachi Chango; sus dos hijas, Cristina y Gisela Toapanta; sus suegros, María Angélica Chango Chicaiza y José Leonidas Achachi; y su cuñada María Chango.
Iban donde la Virgen del Cisne para bendecir la camioneta Toyota gris, placa TBC-8954, que tenía menos de una semana de comprada. Luis llegó hace un mes de Italia para celebrar los 15 años de su hija Gisela y después tenían previsto, con el dinero ahorrado de los años de trabajo, adquirir la camioneta que serviría para que su esposa Angélica trabaje en la ciudad.
Pero antes, y como creyentes de la “Churonita”, planificaron el viaje a Loja. Toda la familia estuvo a la hora indicada en el barrio San Vicente de Izamba, en Ambato, pero antes llevaron un palo y hasta el rodillo de hacer las empanadas “por si aparece algún delincuente en el camino, nunca se sabe”, señalaron a su familia durante la despedida. A las 05:00 del 20 de julio ya nadie respondió a las llamadas. “Todos tienen celulares y nadie responde”, afirmó Gladys.
Las horas pasan y la angustia sigue. Los teléfonos de los hijos, hermanos y sobrinos suenan a cada momento a la espera de alguna noticia.
NUNCA LLEGARON
El domingo, cuatro personas se trasladaron hasta Loja para verificar si estaban registrados, pero les expresaron que no había nadie con esos nombres en el libro. Han llamado a las morgues de Cuenca, Riobamba y Alausí, pero nadie les da razón. La búsqueda de toda esta familia de San Vicente, que desapareció de la faz de la tierra, continúa. (Yadilajsa)