Se consideran los pescadores más bacanes del río San Pablo. Son los dueños de las redes desde la Universidad de Babahoyo hasta tres o cuatro kilómetros más adelante, en la vía a Montalvo.
El duro del grupo, de seis personas y un colado, es Víctor Julio Ramos, el “Caballo” Rojas, el “Zapatón”, como le dicen sus compañeros y se cataloga con sumo orgullo. El más diestro con la canoa de madera que hace andar a punta de canalete o palanca.
Sus vidas están en las orillas y en las aguas amarillentas de la vertiente que llega hasta el río Babahoyo, donde compiten con otros que manejan trasmallos, anzuelos, atarrayas y donde al día capturan el astuto bocachico, el animal con el que mejor sabor sale la cazuela, el sancocho con yuca y maní, el estofado con papas, el sango de verde. Al que hay que tajarlo bien fino o abrirlo por el espinazo para que las espinas no atoren a los comensales.
Andan de paño en paño desde la mañana, la tarde o la noche. No paran de sumergirse en el agua, recoger la red o agarrar algunas damas que intentan salirse del cerco, pero que se quedan enredadas.
Una rutina dura. De sumergirse por quince o veinte segundos para recoger, desenredar o agarrar algún pez atrapado entre los ojales. Sus casas son dos covachas de plástico, a orillas del río, en las que pasan la mayor parte del tiempo para levantarse por las noches a pescar.
El gozo, la fregadera, burlas y bromas son parte del jolgorio de una pesca y más ahora. Porque a salidas de agua, cuando termina el invierno, después de mayo, se atrapa el buen bocachico, la dama, barbudo, ratón, robalo, vieja, guanchiche y dica.
Son los peces de agua dulce que llegan al mercado de Babahoyo, donde con buena sazón atraen a gente que prefiere la cazuela con arroz y aguacate.
En Los Ríos se pesca en La Toma, El Manguito, El Aguacatal, Las Peñas, Río Seco, Barreiro, Cacharí y Caracol de los ríos Babahoyo, San Pablo y Caracol; Santa Lucía y Pechiche, de Vinces; Aguacatal, de Mocache; así como en Palenque y Playas de Vinces.
En el 2010 el Instituto Nacional de Pesca (INP) realizó encuestas a 19 pescadores y el 53% dijo que el arte de pesca que más utilizó para sus faenas es el paño o las redes a través de la modalidad “tape”; el 21% realiza sus actividades de pesca con línea de mano, el 16% con red de enmalle (denominado por el pescador trasmallo) y el 11% con atarraya. El 95% de las capturas se realizó en esteros.
Las especies mayormente agarradas son dama, dica, bocachico, ratón, barbudo, guanchiche, vieja azul, ciego, guavina, camarón, que son especies de interés comercial, y la sabaleta que la utilizan como carnada, según indicaron.
También entrevistó a 34 comerciantes en los mercados de las localidades de Babahoyo, Ventanas, Ricaurte, Palenque, Mocache, Vinces y Quevedo, de los cuales, el 100% manifestó comprar la pesca a intermediarios, realizando esta actividad de 3 a 7 días a la semana y la cantidad que obtienen es de 2 a 7 baldes de pescado.
No solo en la provincia de Los Ríos hay buena pesca. La hay en Guayas: en Yaguachi, Jujan, Milagro,Samborondón, Simón Bolívar, Naranjito, Salitre, Daule.
En Babahoyo, Hugo Gamboa, Juan Piza, Orly Morales, Federico Suárez, Javier Alvarado son el argentino, el brasileño, Valderrama, el “Cara de loco”, el “Pelado”, el “gordo”, el “trigueño”, el “jodón”.
El día que EXTRA captó a Gamboa con el mejor ejemplar de la pesca, un robalo de un poco más de 40 centímetros, recién sacado del cerco, el festejo creció: la red estaba llena de damas, ese pescado saltarín de un blanco brilloso con pequeñas rayas de arco iris. El mismo que frito con harina o almidón de yuca se parte como una galleta y que es la combinación perfecta con arroz y menestra de fréjol canario.
Un alimento nutritivo
Los peces de agua dulce son un alimento barato y de gran demanda no solo por su precio, sino por sus propiedades nutritivas.
Hay algunos que son de difícil digestión por las espinas muy pequeñas que tienen forma de “v” o de “y” que están medio de la carne. Si alguien no es diestro para comer bocachico, ratón y en especial guanchiche es mejor que lo tueste al sol o lo abra “por el espinazo” y lo fría con aceite. Aunque la clave es la tajada, es decir, hacerle rayas verticales con un cuchillo bien afilado.
El barbudo, o bagre de río, no da esos problemas. El campeche es ideal para las sopas de niños. Su carne es blanca.
Algunos se preguntan si el pescado de río ayuda a bajar el colesterol. Según investigadores, si este es blanco tendrá menos grasas y, por ende, menores calorías. Pero esto no debe condicionar el consumo de pescado azul, ya que si bien contiene más grasa, esta es de buena calidad.
Los peces blancos aportan entre 70 a 90 kilocalorías cada 100 gramos. Los azules entre 120 a 200. En relación al contenido graso si bien su porcentaje es superior en los azules lo importante es la calidad de los lípidos que poseen. En su mayoría son omega 3 y omega 6, lo que los convierten en una alternativa para incorporarlos a una dieta y tratar hipercolesterolemia.
La dama representa el 35% de la pesca en Los Ríos, la dica el 31%.