Arturo Ugarte se despertó abruptamente al sentir que alguien encendió las luces en su dormitorio.
Y lo que encontró frente a sus ojos fue a un hombre desconocido, de mediana estatura, con su rostro escondido bajo un pasamontañas y una gorra sobre su cabeza que impedía su identificación.
También portaba un arma de fuego, con la cual lo amenazó y le ordenó que se ponga boca abajo.
La víctima, al parecer, presumía que se trataba de un asalto, lo que no entendía era cómo había ingresado el sujeto a su vivienda ubicada en Costanera y Ficus, de la ciudadela Urdesa central.
En su denuncia presentada en la Fiscalía, relató que aproximadamente a las 06:00, cuando descansaba en su cuarto, sintió que encendieron la luz “y al abrir los ojos observé a un sujeto”.
Señala el denunciante que otros hampones estaban en la planta alta de la casa.
Varios de ellos sacaron a sus padres “prácticamente del baño, así como también lo hicieron a la fuerza con mi sobrina de 10 años... seis delincuentes ingresaron a mi domicilio y se apoderaron de un lote de joyas de oro, así como de veinte relojes muñequeras Rolex y Cartier”. Los pillos además se llevaron tres computadoras laptops, dos cajas de whisky, diez teléfonos celulares, dos bolsos grandes con prendas de vestir.
A los padres de la víctima también los despojaron de documentos personales. El monto del asalto supera los 300 mil dólares.
Motorizados atacan en mueblería
Una mueblería ubicada en Portete y la 13 también fue blanco de la pillería. Hasta allí, como a las 17:00, llegaron dos delincuentes que se movilizaban en una motocicleta. Uno de ellos se desembarcó, ingresó al local y con un arma en mano advirtió: “Nadie se mueva, nadie se mueva, no quiero matar a nadie”.
Acto seguido asaltaron a dos empleados de los tres que atendían a esa hora de la tarde.
A Verónica González le quitaron sus teléfonos celulares y dinero, a Pedro Cevallos le arrebataron el reloj y otras pertenencias. Con los objetos asaltados el tipo huyó con su cómplice. El delito se notificó a la central de la Policía, que envió una patrulla a verificar el hecho.
Los agentes, con los datos de la vestimenta, realizaron un operativo por la zona, ubicando a uno de ellos por la 16 y Calicuchima.
El sujeto al darse cuenta de los policías, ingresó rápidamente a un inmueble, pero los agentes, por tratarse de un delito flagrante, también ingresaron y lo hallaron escondido debajo de una cama.
En uno de sus bolsillos guardaba dos celulares y un reloj, de los que no pudo justificar su tenencia.
El patrullero regresó con el detenido a la mueblería y los perjudicados lo reconocieron como uno de los hampones que participó en el asalto. En la versión que rindió el sospechoso Luis Javier Coello García, en la Fiscalía, expresó que caminaba por la 16 y Calicuchima a ver a su esposa, cuando lo detuvieron y le quitaron su celular. (CCQ)