Los casos más sonados por tráfico de drogas en el país son indicios que estarían inmersas organizaciones delictivas extranjeras, sobre todo el cartel de Sinaloa, considerado el más poderoso de los últimos tiempos.
Desde la primera detención del ex gobernador de Manabí, César Fernández, por narcotráfico en 2004, pasando por el asesinato del policía Darwin Andrango, abatido en Píntag (Quito) en marzo del 2011, hasta la avioneta mexicana caída en mayo de este año en el cantón Pedernales, son numerosos los hechos que arrojan sospechas que Ecuador es un punto estratégico para el mencionado cartel.
La propia Policía ha indicado en los más recientes acontecimientos que en base a las evidencias no se descarta la posibilidad de incursión del crimen internacional.
Durante el primer semestre del año en curso la Unidad Antinarcóticos de la Policía Nacional ha decomisado 21,2 toneladas de estupefacientes, de las cuales el 50% fueron halladas en Guayas. Unas 2.441 personas fueron detenidas por delitos relacionados al tráfico de drogas. En el 2011 la Dirección Nacional Antinarcóticos incautó 26,09 toneladas.
Importantes informes se contraponen a la hora de evaluar la situación del país dentro de la configuración del mercado de drogas.
El Departamento de Estado Norteamericano, en un documento emitido en marzo pasado, sostuvo que las estadísticas oficiales del 2011 significan el 21,66% de la droga que circula anualmente en tierras ecuatorianas.
En el mismo texto se expone que por las fronteras se mueven anualmente alrededor de 120 toneladas de cocaína.
Bajo estas cifras se argumenta que Ecuador sería un punto obligatorio de tránsito de sustancias, donde se las procesa para posteriormente enviarlas a sus destinos finales.
De otro lado, el informe publicado en septiembre del 2011 por la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc) reza que en el “mundo existen alrededor de 18.890 laboratorios procesadores de droga, de los cuales el 99.7% está en Latinoamérica, y en Ecuador el 0.07%”.
Unodc resalta que la situación de Ecuador es mínima en comparación a Colombia, Perú y Bolivia. Más bien explicó que el fenómeno en el país se debe precisamente a la influencia de sus vecinos.
ECUADOR BODEGA
En días anteriores Quito fue sede del seminario Periodismo y Narcotráfico, en el que participaron varios exponentes, destacando la intervención de la reconocida periodista mexicana Anabel Hernández, especializada en temas de narcotráfico.
Hernández mencionó que a lo largo de sus años de investigación descubrió que Ecuador es un sitio estratégico dentro del mercado del narco.
Calificó a la nación como una “bodega de cocaína”, debido a los hallazgo realizados por la Policía.
Esta misma premisa fue considerada por Bruce Bagley, experto norteamericano, quien en una entrevista a EXTRA, en mayo pasado, ya lo advirtió: “La droga llega al país para luego viajar hacia Centro y Norteamérica, formando un corredor de tránsito, en el que Ecuador es pieza clave”.
Dentro del caso Fernández la Policía señaló el lunes que se usaban puertos marítimos y aeropuertos del país para enviar la mercancía.
Competencia
En su exposición, Hernández no descartó que en el país exista más de un cartel narco.
Lo compara como cualquier competencia entre empresas. “Si hay una marca de gaseosa, seguramente habrá otra, porque compiten por ganar más mercado”, aseguró.
Aplica el ejemplo para suponer que no solo una organización criminal opera en Ecuador.
Además de México, la Policía ha descubierto cargamentos que apuntan a bandas colombianas.
Pese a las evidencias, las autoridades se mantienen en decir que la nación es solo “de paso”.
MERCADO ILÍCITO
El experto en seguridad Daniel Pontón también participó del seminario, donde presentó cifras referentes a las ganancias generadas por el narcotráfico.
Basando el dato en un estudio de la Unodc, en el 2005, a nivel mundial la comercialización de marihuana produce 140 mil millones de dólares, cocaína entre 90 mil y 70 mil millones y heroína 65 mil millones de dólares.
Una estimación realizada por Global Financial Integrity muestra que el valor estimado del tráfico de sustancias a escala internacional representa aproximadamente 320 billones de dólares.
Para Pontón, el problema de estupefacientes en Ecuador no se solucionaría simplemente con la legalización.
Sostuvo que hasta el momento “no se poseen evidencias que el país sea un productor mundial de drogas”, sin embargo no desmiente que la posición geográfica de la nación sea deliberante dentro del negocio.