Después de 4 días del asesinato de Yajaira Martínez Álvarez y Jonathan Saa Cabezas, en el bar conocido como “El Hueco”, ubicado en la Foch y Diego de Almagro, sus cuerpos permanecen aún en la morgue.
Los agentes de Policía aseguraron que llegaron a la escena del crimen por casualidad, pues en medio del patrullaje que realizaban la madrugada del pasado sábado divisaron a un sujeto que trataba de ingresar al SFQ-Café Rumba de forma sospechosa.
Una vez que lo interrogaron, el hombre les manifestó que recibió una llamada en la que le avisaron que su novia estaba muerta dentro del bar, porque en medio de la fiesta alguien entró y empezó a disparar cerca de los servicios higiénicos de donde ella salía en el momento de la balacera.
Cuando los agentes llegaron al subsuelo del establecimiento clausurado desde el 12 de julio únicamente encontraron los cuerpos de los jóvenes de 22 años que yacían ensangrentados en el suelo.
Lo extraño en este caso es que el supuesto novio de Yajaira Martínez no fue detenido por la Policía como testigo clave.
Después del incidente no volvió a dar señales y el sujeto se hizo humo.
En la morgue nadie retira el cadáver de la mujer que extraoficialmente se conoció que era peruana y estaba embarazada.
En el caso del colombiano se espera todavía que sus familiares en el vecino país reciban noticias sobre su muerte y se acerquen para retirar el cuerpo.
El SFQ-Café Rumba continúa cercado con cintas amarillas y con resguardo policial hasta que se aclaren las causas del hecho.
El peligro abunda
Lola Ibarra, comunicadora de la Administración La Mariscal, asegura que se busca evitar los crímenes con el apoyo de la ciudadanía.
El plan organizado de seguridad ciudadana compromete a los moradores y trabajadores de la zona rosa a colaborar con la Policía para reducir el índice de asaltos y homicidios en el sector.
Los patrullajes son continuos en la zona y se cumplen radicalmente con el cierre de los centros de diversión a partir de las dos de la mañana.
Sin embargo, La Mariscal no deja de ser un sitio inseguro.
La afluencia de turistas y la gran cantidad de personas que concurren al lugar para divertirse no detienen a los delincuentes.
Según las investigaciones de la Policía, la invasión de los territorios de venta de droga o las relaciones con la misma son la principal causa de homicidios en el conocido sector de diversión de la capital.
El 5 de octubre del 2011, la colombiana “Andrea Zapata” fue asesinada en La Mariscal, presuntamente por conflicto de drogas.
Cinco días más tarde se logró capturar a 22 personas por tráfico de drogas cerca del mismo lugar.
En el mismo año, la Policía apresó a una banda de “capos” que mantenía aterrorizada a la zona rosa.
Según el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, desde enero hasta junio de este año la cifra de homicidios suma 120.
La zona de La Mariscal es la tercera más peligrosa en Quito, con aproximadamente 20 homicidios en 5 meses.
Los comerciantes de la zona piden ayuda a la Policía, ya que a pesar de que dicho sector debería ser uno de los puntos más seguros por la afluencia de turistas, esto no ocurre.