Hasta las dos de la madrugada todo estaba espléndido en la fiesta de quince años. Diez minutos después, la farra se transformó en cuarto de hora de terror. Los invitados estuvieron sometidos bajo las órdenes matoniles de una banda de asaltantes que aprovechó cuando la anfitriona despedía a unos cuantos asistentes para sorprenderlos, ingresar y despojarlos a todos de sus pertenencias y hasta se alzaron con varios equipos electrónicos.
Eran más de cinco asaltantes que participaron en el delito. Entre ellos había una mujer que, según los testigos, tenía el cabello pintado de amarillo y era de buena presencia.
Tras el susto, Lourdes Collahuazo se acercó a la Fiscalía para denunciar el asalto que sufrieron todos los invitados a la fiesta rosada de su hija.
La afectada contó que a las 02:10 se encontraba en la parte exterior del local Dinastía, ubicado en Gómez Rendón, entre la 20 y la 21, despidiendo a unos amigos. “De pronto se acercaron unos individuos, nos encañonaron e hicieron ingresar al salón. Incluso había una mujer entre los ladrones que fue la que le quitó el celular a mi hija y a mi sobrino”, relató la denunciante.
Añadió que la asaltante “era colorada y estaba bien presentada”. Sus cómplices se encargaron de quitarles relojes, cadenas, carteras, celulares, billeteras y otros objetos personales a los invitados que se estaban en las mesas.
Incluso, dijo la perjudicada, varios de los asistentes que, al parecer, se opusieron al asalto, les partieron la cabeza con la cacha de un arma de fuego.
Aparte de las pertenencias de los invitados, la banda también se apoderó de laptops y filmadoras que se utilizaban para amenizar y grabar el inolvidable festejo.
El atraco duró aproximadamente 15 minutos y tal vez los pillos se hubieran tomado más tiempo de no haber sonado la alarma de un cuartel del Cuerpo de Bomberos, ubicado frente al local donde se desarrollaba el evento.
Al escuchar el fuerte sonido, los pillos se asustaron y salieron presurosos seguidos de otros compinches que, montados sobre unas motos, esperaban afuera.
La anfitriona pidió una investigación a fin de dar con los autores, cómplices y encubridores que arruinaron el festejo de las quinces primaveras de su hija.
Otra banda ataca en el norte
En otro delito, Virginia Muñoz también fue sorprendida por una banda de cuatro delincuentes que la interceptó en el momento que abría el garaje de su casa, ubicada en la sexta etapa de la ciudadela la Alborada.
La víctima dijo que dos sujetos la encañonaron y la metieron a su carro, junto con su hijita de un año, mientras que los otros dos se refugiaron en su casa.
Luego se la llevaron con rumbo incierto y la cargaron dentro del vehículo por el lapso de una hora y media. En ese tiempo le exigieron que saque dinero del cajero automático, pero como olvidó la clave no pudo hacerlo. De pronto llamaron los dos delincuentes que estaban en su casa para ordenarles a sus cómplices que la dejen.
Los pillos la abandonaron por la ciudadela Miraflores y huyeron, no sin antes advertirle que no los mire porque de lo contrario también le quitarían a su bebé.
Al regresar a su casa descubrió el robo de 3 televisores modernos, una cocina, una nevera, relojes costosos, una laptop, un equipo de sonido, zapatos, el juego de comedor, celular y demás artículos del hogar.
Se llevaron caja fuerte
Pese a la guardianía que existe las 24 horas en el edificio El Forum, nadie le da razón a Germán Macías sobre el robo de una caja fuerte donde guardaba cinco mil dólares, producto de lo que reunía para comprarse una casa.
Según denunció el perjudicado, a las 00:30 llegó a su departamento, en el duodécimo piso del mencionado edificio, en las calles Vélez y 6 de Marzo, y encontró destrozadas las seguridades de la puerta. Al ingresar se percató que no estaba la caja fuerte con el dinero que contenía. Tampoco halló una laptop, el celular, libros, varias alhajas de plata, entre otras pertenencias.
El perjuicio del robo supera los siete mil dólares.
Macías pidió al fiscal que oficie a la administración del edificio con el fin de que rindan sus testimonios los guardias de seguridad que laboraron el día del robo.
Dijo además que el pedido lo hace en vista que “nadie da razón, ni quiere dar la cara” para responder por el hecho.
La víctima señaló que no entiende cómo ocurrió el robo si ellos pagan para que les den un buen servicio las 24 horas, esto es de ver quiénes suben y hacia dónde se dirigen.
También están obligados a revisar los bolsos y a indagar si alguien baja con artículos “como en este caso la caja fuerte”.
Desaparecieron las joyas valoradas en $ 40 mil
Algo similar le ocurrió a Ernesto Terán, quien denunció que al regresar de viaje halló la seguridad de la puerta de su domicilio, ubicado en La Garzota, violentada.
Los pillos dañaron el cajón de una cómoda para llevarse joyas.
“Y del baño, donde tengo un clóset, sacaron un cajón que contenía cadenas de oro, relojes, plumas finas y otras joyas valoradas en 40 mil dólares”.
Se “volaron” las tortas
Por último, Gabriel Alvarado, propietario de la pastelería Azúcar y Canela, de la ciudadela Villamil, denunció el robo de un microondas, acondicionador de aire, batidoras, computadora, televisores, tanques de gas y hasta las tortas que se expendían en el local de la avenida 25 de Julio, al sur de la ciudad.