Estaba desesperado y clamaba ayuda. Tenía dos tiros en su cuerpo y no quería morir, dos niños que jugaban en el sector lo observaron y corrieron asustados a avisar a sus padres lo que sucedía.Los moradores se acercaron, hablaron con él y llamaron a los bomberos, quienes llegaron de inmediato, pero falleció a los pocos minutos. No resistió. Le dispararon a quemarropa.Los testigos mencionaron que la víctima fue lanzada de un taxi amarillo, pero no precisaron el modelo ni la placa. Álvaro Patricio Lucero Fajardo, de 28 años, se embarcó en el vehículo para un viaje sin retorno a la muerte.Agentes de Criminalística inspeccionaron la escena, tomaron muestras de las llantas que dejó el automotor en el terreno para analizarlas y dar con el paradero del asesino. La Fiscalía también investiga el caso.El hecho ocurrió cerca de la avenida Pedro Méndez Gilbert, en un callejón diagonal al instituto de neurociencias Lorenzo Ponce, cerca del túnel que viene del malecón Simón Bolívar.Baleado en el túnelUn lugareño, quien pidió la reserva, contó que el hecho ocurrió pasadas las 20:30. Según él, la víctima estuvo cerca de una hora con vida. “Pedía ayuda, yo me acerqué y señaló que había cogido un taxi en el malecón y cuando pasaban por el túnel le dispararon”, agregó.El teniente Byron Mendoza, de Criminalística, informó que “la víctima tenía dos impactos por arma de fuego a corta distancia, con heridas de entrada y salida. Hemos tomado algunas evidencias que serán analizadas en el laboratorio. Al parecer, en el vehículo iban dos personas más”.Oriundo de MachalaMendoza expresó que “Álvaro Lucero era oriundo de Machala, provincia de El Oro. Por el momento desconocemos las causas del crimen. La fiscal Cecilia Rodríguez también está indagando el hecho”.Comió un helado antes de morirSegún un extracto del expediente del caso, se presume que la víctima se encontró con alguien en una heladería de las calles Loja y Malecón, en el centro de la urbe porteña, pues entre las pertenencias del occiso encontraron un papel con esa dirección, el nombre de una empresa y el registro de la compra de un cono simple.En el documento se detalla que se trataría de una posible venganza, pero hasta el momento no existen sospechas de alguna persona específica.Sector peligrosoEl lugar del hallazgo fue considerado como una ciudad perdida, según algunos agentes, pues no había iluminación y la calle de tierra que lleva al río tenía charcos y que parecían riachuelos.Quienes habitan en el sector mencionaron que el sitio es peligroso y es conocido como Terminal Camaronero, porque desde allí parten gabarras con el producto hacia la isla Puná y otros destinos. En la zona también existen arenales.Los agentes tardaron cerca de una hora en analizar la escena, luego trasladaron el cadáver al anfiteatro del departamento de Medicina Legal.Tiros a quemarropaEl paramédico Eduardo Basán acudió al llamado de emergencia del sistema ECU 911. “Al llegar encontramos al joven en un patrullero de la Policía, aún estaba vivo. Él veía hacia arriba, pero falleció a los pocos minutos, nosotros llegamos a las 20:40”, acotó.Basán agregó que la víctima tenía un disparo en la parte izquierda del tórax y otro en el abdomen, cerca de la boca del estómago. “Los tiros fueron a quemarropa”, aseguró el bombero.
Estaba desesperado y clamaba ayuda. Tenía dos tiros en su cuerpo y no quería morir, dos niños que jugaban en el sector lo observaron y corrieron asustados a avisar a sus padres lo que sucedía.Los moradores se acercaron, hablaron con él y llamaron a los bomberos, quienes llegaron de inmediato, pero falleció a los pocos minutos. No resistió. Le dispararon a quemarropa.Los testigos mencionaron que la víctima fue lanzada de un taxi amarillo, pero no precisaron el modelo ni la placa. Álvaro Patricio Lucero Fajardo, de 28 años, se embarcó en el vehículo para un viaje sin retorno a la muerte.Agentes de Criminalística inspeccionaron la escena, tomaron muestras de las llantas que dejó el automotor en el terreno para analizarlas y dar con el paradero del asesino. La Fiscalía también investiga el caso.El hecho ocurrió cerca de la avenida Pedro Méndez Gilbert, en un callejón diagonal al instituto de neurociencias Lorenzo Ponce, cerca del túnel que viene del malecón Simón Bolívar.Baleado en el túnelUn lugareño, quien pidió la reserva, contó que el hecho ocurrió pasadas las 20:30. Según él, la víctima estuvo cerca de una hora con vida. “Pedía ayuda, yo me acerqué y señaló que había cogido un taxi en el malecón y cuando pasaban por el túnel le dispararon”, agregó.El teniente Byron Mendoza, de Criminalística, informó que “la víctima tenía dos impactos por arma de fuego a corta distancia, con heridas de entrada y salida. Hemos tomado algunas evidencias que serán analizadas en el laboratorio. Al parecer, en el vehículo iban dos personas más”.Oriundo de MachalaMendoza expresó que “Álvaro Lucero era oriundo de Machala, provincia de El Oro. Por el momento desconocemos las causas del crimen. La fiscal Cecilia Rodríguez también está indagando el hecho”.Comió un helado antes de morirSegún un extracto del expediente del caso, se presume que la víctima se encontró con alguien en una heladería de las calles Loja y Malecón, en el centro de la urbe porteña, pues entre las pertenencias del occiso encontraron un papel con esa dirección, el nombre de una empresa y el registro de la compra de un cono simple.En el documento se detalla que se trataría de una posible venganza, pero hasta el momento no existen sospechas de alguna persona específica.Sector peligrosoEl lugar del hallazgo fue considerado como una ciudad perdida, según algunos agentes, pues no había iluminación y la calle de tierra que lleva al río tenía charcos y que parecían riachuelos.Quienes habitan en el sector mencionaron que el sitio es peligroso y es conocido como Terminal Camaronero, porque desde allí parten gabarras con el producto hacia la isla Puná y otros destinos. En la zona también existen arenales.Los agentes tardaron cerca de una hora en analizar la escena, luego trasladaron el cadáver al anfiteatro del departamento de Medicina Legal.Tiros a quemarropaEl paramédico Eduardo Basán acudió al llamado de emergencia del sistema ECU 911. “Al llegar encontramos al joven en un patrullero de la Policía, aún estaba vivo. Él veía hacia arriba, pero falleció a los pocos minutos, nosotros llegamos a las 20:40”, acotó.Basán agregó que la víctima tenía un disparo en la parte izquierda del tórax y otro en el abdomen, cerca de la boca del estómago. “Los tiros fueron a quemarropa”, aseguró el bombero.