En medio de cartones, periódicos, trapos sucios y dos perritos vive Francisco Quishpe (así dijo llamarse). Este hombre, de 48 años, totalmente desamparado, escogió como su morada un hueco de una de las montañas que forman el túnel ubicado a un costado del hospital Isidro Ayora, en el centro de Loja, en el sector de Los Ahorcados.Soportando el gélido frío de las noches lojanas, con su vestimenta raída por la extrema pobreza en la que está inmerso, Francisco aseguró no tener dónde vivir. Lo que gana como albañil (1,50 dólares la hora) no le alcanza “ni para un pan con cola”. Algunas veces ha tenido que pararse afuera de la catedral de la ciudad para que lo contraten.Así, a casi 30 metros de altura, este individuo miraba con tristeza cómo transcurrían los días.Para acceder a la morada de Francisco hay que subir por un camino agreste, lleno de ramas que sirven para sujetarse bien y evitar una caída. Ese sendero fue hecho por otro indigente que vivió en ese mismo lugar.Hace 14 años abandonó su hogar en Cuenca cuando era un adolescente porque era maltratado por su padre. Años después falleció su mamá.Llegó a Loja para buscar una oportunidad de vida y en ese anhelo empezó a asistir a la iglesia Evangélica Pentecostal Unidad Internacional del Ecuador.Problemas mentalesFrancisco no ha tenido una vivienda estable, le han dado posada en varias casas, pero no ha sido por mucho tiempo. Hace seis meses habitó en la casa pastoral, pero se mudó a una caverna en la montaña.“El único problema que tengo es que sufro de lagunas mentales, por ratos pierdo el conocimiento, es por tal motivo que tomé la decisión de vivir en una cueva , para que me alcance el dinero para poder comprar mis medicinas”, explicó.Padece de esquizofreniaEl equipo periodístico de EXTRA se trasladó a las oficinas del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) para dar a conocer el caso de Francisco.Personal técnico del MIES y agentes de la Policía Nacional - Dinapen y facilitadores del “Proyecto de Erradicación Progresiva de Mendicidad” que financia el MIES-INFA de Loja acudieron hasta la cueva donde habita el hombre.La coordinadora zonal 7 del MIES, Patricia Acaro, indicó que después de ser “sensibilizado” por los técnicos de esta secretaría de Estado y los uniformados, Francisco accedió a salir de la cueva, para posteriormente ser llevado al hospital Isidro Ayora.En el área de salud mental fue valorado por los médicos. Tras la evaluación se determinó que padece de esquizofrenia. Inmediatamente, para atenuar su condición clínica procedieron al suministro de la medicina recetada.Acaro manifestó que en los próximos días le buscarán un albergue donde pueda estar mejor y que por el momento volvió a su cueva, hasta allá llegará un médico cada ocho días para evaluar su situación mental.