Aproximadamente seis horas estuvo sometida una familia en manos de una banda de delincuentes que, haciéndose pasar como policías, ingresaron a una finca y se llevaron lo que más pudieron en un camión.
Los hampones, armados como en guerra, cargaron con gran parte de los animales, especialmente los porcinos que se hallaban en un criadero de la finca Dios proveerá, ubicada a medio kilómetro de la comuna Bajada de Chanduy, del recinto Cerecita, en la vía a la Costa.
Jacinto Mendoza, su esposa Gloria Ibarra, sus cinco hijos y una nuera fueron sorprendidos cuando dormían en una rústica vivienda, localizada en medio de los predios de propiedad de Laura Calderón. Desde hace cuatro meses la familia llegó al sitio para trabajar como guardianes de la hacienda donde existe también un criadero de chanchos.
El celador contó que como a las 21:00 del miércoles todos dormían en la planta alta de la vivienda.
De pronto, no sabe de dónde, apareció un grupo numeroso de desconocidos que los despertó bruscamente con gritos de que supuestamente eran policías y, apuntándolos con armas de fuego les advirtieron que iban a buscar por toda la finca porque dizque se habían robado un carro y sabían que por allí lo habían escondido.
Mendoza informó que los pillos andaban vestidos con chalecos que tenían letras color blanco atrás. También portaban gorras.
Cuando los hampones notaron que todo estaba bajo su control, cambiaron el argumento de supuestos policías por el de “esto es un asalto, vamos a requisar todo”.
De allí los obligaron a que bajen y abran la puerta de la casa y de una bodega.
Después los ladrones les ordenaron a sus víctimas que se lancen al piso, pero uno de los hijos de Ibarra se rehusó y lo golpearon con una de las armas.
Luego, entre las pertenencias de la familia, los pillos buscaron algo con qué amarrarlos y encontraron unos pasadores y una soga de nylon. Solo a los tres varones los ataron, no así a los menores de edad y a Gloria Ibarra porque les suplicó que no lo hagan debido a que sufre de hipertensión.
La banda de supuestos malhechores, en su afán de hallar objetos de valor, rebuscó por toda la casa y se apropió de celulares y otras pertenencias de la familia de guardianes.
Luego hicieron ingresar un camión, donde embarcaron 36 cerdos, cada uno valorado en aproximadamente 200 o 300 dólares.
También se llevaron gallinas, patos, bombas de fumigar, cilindros de gas, una sierra de abrir chanchos, comida de los animales y hasta una escopeta vieja y en desuso que solo servía de “pantalla” para protección.
Gloria Ibarra señaló que, pese a los gruñidos de los chanchos, ninguno de los moradores intentó auxiliarlos por lo que los rateros tuvieron todo el tiempo que quisieron para perpetrar el atraco.
Después de más de cinco horas de terror, los hampones huyeron y las víctimas pudieron desatarse con ayuda de sus familiares.
Mendoza, a esa hora de la madrugada, salió a la casa de un vecino para llamar a sus patrones y contarle lo sucedido.
En la denuncia que presentó la afectada, Laura Calderón, dice que los malandros llegaron vestidos de supuestos militares.