La madrugada de ayer se llenó de terror en la nueva lotización El Cortijo, pues la habitual calma que existe en el lugar se alteró cuando dos detonaciones de un arma de fuego pusieron fin a las vidas de unos esposos, quienes dejaron dos hijos en la orfandad.
La Policía informó que se trató de un crimen pasional, en que el autor de los disparos sería Jorge Esteban Proaño Martínez, de 33 años, quien presuntamente se suicidó después de eliminar a su esposa María Cristina Lalama Calero, de 28.
La escena se desarrolló en la villa 285, manzana F, del sector mencionado, en el kilómetro 8,5 de la vía La Puntilla-Samborondón, a pocos minutos de Guayaquil, a donde fueron llevados los cadáveres, al departamento de Medicina Legal.
Algunos parientes y amigos de las víctimas acudieron al anfiteatro para reconocer los cuerpos. Un familiar mencionó que prefería no hablar de lo sucedido y permaneció dentro de las instalaciones policiales.
No estaban en casa
Según un parte, enviado al distrito policial Samborondón, a las 22:30 del pasado martes, Bolívar Reinoso, un amigo de las víctimas, llegó a la vivienda de los esposos y encontró las luces encendidas.
En el escrito también consta que Reinoso conoció a Jorge Proaño y a María Lalama hace tres años por varios negocios y que cada vez que él viajaba de Quito al puerto principal se hospedaba en su domicilio.
Aquella noche, según su relato, entró a la villa, se dirigió a la habitación que tenía asignada y se acostó a descansar porque no había nadie en casa. Además, señaló que estuvo en el centro de Guayaquil antes de ir al lugar.
Escucharon disparos
Reinoso, según la cartilla policial, escuchó una detonación de un arma de fuego aproximadamente a las 03:30 y acudió de inmediato al dormitorio de sus amigos para observar lo que ocurría.
Al entrar, “los encontró muertos, cerca de sus hijos, quienes estaban llorando y los sacó de la casa hasta que llegue la Policía y sus familiares”, detalla el documento judicial.
Cuando el huésped y los niños salieron de la vivienda se encontraron con Guido Rosso, un guardia de la urbanización, quien aseguró a los gendarmes que escuchó dos disparos mientras realizaba su ronda de costumbre.
Luego algunos moradores se acercaron al sitio.
Escena cerrada
Los agentes de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) El Cortijo comunicaron el hecho a los elementos del departamento de Criminalística de la Policía Judicial (PJ), quienes llegaron al lugar cerca de las 04:00.
El teniente Wálter Castillo, encargado de la parte técnico-científica de las investigaciones, informó que “en una escena cerrada (habitación) encontramos los cadáveres y al hacer la inspección del lugar de los hechos encontramos siete indicios”.
El investigador detalló que “hallamos una pistola (Taurus, calibre 9 milímetros), vainas servidas (casquillos), fragmentos de un proyectil y una bala que localizamos debajo del cuerpo del ciudadano, en una almohada”.
En el parte policial consta que Proaño tenía un disparo en el tórax y Lalama uno en la cabeza, pero Castillo precisó que “en Medicina Legal constatamos que el hombre tenía una herida de proyectil en el parietal derecho (cráneo), al igual que la mujer”.
En la escena, según el oficial, también se hallaron dos teléfonos celulares de las víctimas, que serán investigados y “se presume que se trató de un crimen pasional”.
Barrido electrónico
Castillo señaló que tomaron muestras de los residuos en las manos de Proaño para realizar un barrido electrónico y comprobar si fue él quien disparó.
El capitán Rodrigo Hidalgo informó que “acudimos al lugar cuando uno de los guardias de la urbanización accionó el botón de pánico. Al momento este caso se encuentra en instrucción y lo lleva el fiscal Galo Sandoval, de Samborondón”.
Él era piloto y ella comerciante
Un amigo de la víctima mencionó afuera de la morgue que Jorge Proaño estudió en el Aeroclub de Guayaquil y hacía sus últimos trámites con el fin de obtener la autorización para realizar vuelos comerciales.
Según el conocido, la pareja pasaba la mayor parte de su tiempo junta, aunque en esta última semana supuestamente no la vieron mucho.
En la cuenta de Twitter de María Lalama (@crislalama) ella promocionaba la venta de muebles importados. En una de las gráficas subidas a la red social consta el siguiente texto: “Vendo sofás de cuero importados de remate ya en 160 c/u”.
Hasta el mediodía de ayer, los cuerpos no eran retirados del anfiteatro. Una fuente policial informó que los cadáveres llegaron envueltos en una sábana y dentro de una funda de tela de la Policía Judicial.