En medio de bombos y platillos la Policía Nacional y varios moradores de la parroquia de Sangolquí recibieron la tarde del sábado a la pequeña Marcela Milagros, quien entró hasta la iglesia principal de la localidad en brazos del coronel Javier Buitrón para recibir el sagrado bautismo.
Cerca del altar mayor algunos chiquillos vestidos de angelitos formaban la calle de honor para recibir a la pequeña.
La iglesia lucía llena, nadie se quería perder el bautizo de la bebé que fue abandonada en la orilla del río Pita, pocas horas después de haber nacido.
Marcelita fue encontrada el pasado 23 de octubre por una señora que paseaba por el parque Santa Clara y vio un pequeño bulto envuelto en prendas de mujer.
La recién nacida fue llevada a la sala de emergencia del hospital de Sangolquí, donde no solo le brindaron los cuidados médicos respectivos, sino que al ver su tierna carita se encariñaron con ella y la empezaron a llamar Marcelita por haber sido hallada un día martes.
Javier Buitrón, jefe de operaciones del cantón Rumiñahui, junto con otros uniformados se mostraron siempre pendientes de la salud de la criatura, por lo que conjuntamente con el hospital decidieron bautizar a la niña que sobrevivió de milagro.
En la ceremonia el sacerdote recalcó que ser padrino es una labor sumamente ardua, pues el trabajo encomendado es velar por la seguridad, bienestar, felicidad y sobre todo ser los guías de la infante en el largo camino que le tocará recorrer.
“La obra que hoy empiezan, que no termine nunca”, señaló el clérigo con efusividad.
María Fernanda Balarezo, asistente de la dirección del hospital de Sangolquí, y el coronel Javier Buitrón llevaron a la niña hasta la pila, donde el religioso roció de agua bendita la cabeza Marcelita como sinónimo de recibir un baño de pureza.
Los aplausos se hicieron escuchar y la emoción en los rostros de los padrinos era evidente.
Al finalizar la ceremonia, el oficial agradeció a quienes han colaborado para que la bebé haya tenido la oportunidad de continuar viviendo.
“Fue tan triste cuando la encontramos, en el hospital la iban a registrar como N.N. (no reconocida), así que decidimos ponerle un nombre, de allí nació la idea de llamarla Marcelita y su segundo nombre, Milagros, hace referencia a lo que ella representa”, contó Buitrón mientras sostenía entre sus brazos a su ahijada.
Representantes de la casa de salud, en donde la menor ha permanecido durante este tiempo, aseguraron que es un verdadero acto divino que haya sobrevivido.
“Hoy contamos con un nuevo elemento de Policía, tal vez el más pequeño que hayamos podido tener, pues Marcelita es considerada parte de la familia de la Policía Nacional”, dijo emocionado el padrino.
Al concluirse la ceremonia, la música, los aplausos y la gran cantidad de personas que asistieron caminaban tras los padrinos.
Ni la torrencial lluvia hizo que la celebración se detenga, pues desde las 16:00 empezó la celebración. El festejo se trasladó hacia el coliseo de la localidad, allí se preparó un banquete con el plato típico de la zona:hornado.
Hubo fiesta, baile y mucha alegría, pues todos se sentían parte del milagro.
En pocos días Marcela Milagros será entregada a una casa hogar, sin embargo sus padrinos y la gente que la conoce se comprometieron a permanecer siempre pendientes de ella.
Siguen investigando
El coronel Buitrón aseguró que los uniformados continúan realizando investigaciones para dar con el paradero de la madre de Marcelita.
“Tenemos dos casos en el sector, tal vez una de las mujeres que hemos hallado sea la progenitora de la niña, por ello esperamos que muy pronto se pueda encontrar a alguien que pueda hacerse responsable de la menor.”, finalizó.