Desde el 27 de octubre no sabían nada de él. A los 9 días lo encontraron, pero sin vida en el anfiteatro de la Policía.
La víctima presentaba un corte profundo a nivel del cuello.
Nadie puede explicar el motivo de su asesinato, pero los familiares sospechan de un sujeto, quien el año pasado intentó matarlo asestándole tres martillazos.
Ana Torres explicó que su primo Bolívar Torres Vera, de 55 años, salió aquel sábado de su casa ubicada en la cooperativa Jacobo Bucaram, en la isla Trinitaria, en Guayaquil. Allí habitaba junto con su segunda conviviente, a quien solo identifican como “Maritza”.
Aparentemente el hombre se ausentó después de mantener una discusión con su pareja. Desde ese momento no volvieron a saber de él.
Su familia lo buscó por muchos lugares, pero nadie proporcionaba información de su paradero.
Mientras sus parientes trataban de localizarlo, alguien le cobraba “una cuenta” al desaparecido.
Se presume que después del asesinato, el cadáver fue llevado hasta un lugar desolado y lleno de matorrales, por el sector conocido como La Ladrillera, en el noroeste del puerto principal.
Los restos de Torres Vera fueron abandonados a cinco kilómetros del camino principal, cerca de una laguna.
Las aves de rapiña fueron las primeras en localizar al occiso, esto y el mal olor que desprendía el difunto alertaron a los transeúntes, quienes llegaron al sitio y descubrieron a la víctima.
El fiscal William Aguilar y miembros de la brigada de Homicidios de la Policía acudieron al sitio para realizar el levantamiento del cadáver, que fue llevado a la morgue sin ser identificado.
Una vez que la noticia se difundió por los medios de comunicación, los familiares se acercaron al anfiteatro para ver si de pronto se trataba del desaparecido. Y efectivamente, allá lo reconocieron como Bolívar Torres Vera.
La denuncia presentada por los parientes del fallecido expresa que este tenía un corte en el cuello y carecía de pertenencias personales. En el escrito también consta que “el exmarido de la actual conviviente, el año pasado, le asestó tres martillazos a Bolívar”.