Solo le dejaron una cama y unas cuantas prendas de vestir tiradas por el piso. El resto se le llevaron delincuentes no identificados que “visitaron” su casa, situada en la cooperativa 25 de Julio, por el túnel San Eduardo.
A Marcos Delgado se le robaron dos camas con sus respectivos colchones, una cajonera grande, ropero lleno con prendas de vestir, cocina, tanque de gas, una cómoda, una mesa de comedor con 4 sillas, dos tanques plásticos grandes de reservorio de agua, una grabadora, vajilla, cubiertos, vasos y otros enseres de la vivienda que humanitariamente le cedió, en forma temporal, el pastor de la iglesia a la que asiste.
Pese a que los pillos cargaron con todo, ninguno de sus vecinos se dio cuenta del ilícito hasta cuando notaron que la puerta estaba abierta. Entonces, los moradores lo llamaron para darle la mala noticia.
Delgado manifestó que los hampones aprovecharon su ausencia, pues junto con su esposa viajaron a Manabí en busca de empleo. (ccq)