El dolor y llanto es incontenible en las viviendas de Ramón Bartolomé Balón Orrala, de 41 años; su cuñado Julio Borbor González, de 45; y Wilson Germán Suárez, las tres víctimas de un fatal accidente de tránsito ocurrido la tarde del pasado lunes en Quito.
Los tres fallecidos laboraban como albañiles y eran oriundos de las comunas San Antonio, Cadeate y la cabecera parroquial de Manglaralto, de donde partieron con destino a la capital la tarde del pasado domingo.
En estas tres localidades sus pobladores están de luto y desde que conocieron de la tragedia emprendieron cruzadas solidarias para recaudar dinero y poder viajar a la capital para el traslado de los féretros que aproximadamente a las 21:00 de ayer llegaron a estas comunas.
“Por la necesidad y la falta de trabajo ellos se fueron a morir tan lejos, ojalá se haga justicia y el culpable de la desgracia pague por este hecho que nos ha enlutado a todos”, expresó entre llanto Pedro Reyes Yagual, presidente de la comuna San Antonio, lugar donde residía Balón Orrala.
Vicenta Suárez, nuera de Ramón Bartolomé, no puede olvidar los últimos momentos que vivió su suegro. “Antes de irse dijo que quería jugar un partido de fútbol con todos sus amigos y por eso hasta las cinco de la tarde estuvo en la cancha, estaba muy feliz y comentó que en quince días regresaba para seguir participando en el campeonato que se disputa en la comuna, ya que aseguraba que su equipo sería el campeón”, manifestó la mujer.
En San Antonio, todos conocían a Ramón Bartolomé Balón Orrala como un hombre trabajador y muy dedicado a su hogar. La víctima tenía tres hijos; como el mayor ya está casado y su nuera embarazada, pidió que cuando nazca su nieto le pongan su nombre, pedido que será cumplido por sus familiares.
Acompañó a su cuñado
Por varias ocasiones, Julio Borbor González trabajó en construcción en ciudades de la Sierra y era muy conocido por ingenieros y arquitectos que siempre lo llamaban para alguna obra.
La mañana del pasado domingo recibió una llamada para trabajar en la capital, por eso de inmediato se movilizó para buscar obreros. Como no le depositaron dinero para el traslado, le pidió a su cuñado Ramón Bartolomé que lo acompañe, el objetivo era conocer la obra y luego llamar a uno de sus hijos para que lleve más personal.
“Para adelantar la obra se llevaron a un chico de Cadeate que era muy amigo de ellos. El lunes mi hermano esperaba la llamada para llevar a más personas y cuando timbró el celular era un vigilante de Quito que nos comunicaba que mi papi estaba muerto”, declaró una de las hijas de Borbor González.
NO LO DEJABAN IR
En Cadeate, lloran por la muerte de Wilson Germán Suárez, un joven de 22 años, quien recién terminó el servicio militar. Anteriormente, el muchacho ya había trabajado como ayudante de albañilería de su amigo Julio Borbor González, por eso cuando este le dijo que le había salido una obra en Quito se entusiasmó.
Sin embargo, la idea no le agradó a sus familiares, quienes le dijeron que no se vaya tan lejos. Por eso sacó su maletín a escondidas y le pidió prestado dinero a su hermana Cecilia para el fatal viaje. “Solo se despidió de mi hermana y le dijo que le pida a mi mamá que no se preocupe, que en tres semanas regresaba, yo aún no creo que mi ñaño esté muerto”, comentaba Martín Suárez.
AYUDA DE LA JUNTA PARROQUIAL
Marina Vera, presidenta de la junta parroquial de Manglaralto, viajó a la capital con los familiares de los fallecidos para realizar los trámites pertinentes y trasladar los cadáveres hasta la península. En representación de los deudos, la dirigente presentó la denuncia en contra del culpable de este trágico suceso.
El Municipio de Santa Elena también colaboró con dos vehículos para el traslado de los féretros y sus parientes. La tarde de hoy las víctimas serán sepultadas en el cementerio de Manglaralto.
EL ACCIDENTE
El Cuerpo de Bomberos informó que la tarde del lunes, según versiones preliminares de testigos, el vehículo Hyundai Tucson, de placas PBA-9337, conducido por Jaime Benítez, circulaba a exceso de velocidad, por lo que perdió pista y chocó contra un poste de energía eléctrica, atropellando a los tres albañiles peninsulares. Benítez, de 70 años, fue trasladado al hospital Militar, donde permanece internado en condición estable.
Su esposa María Queletón llegó a la casa de salud a las 16:30 del lunes, acompañada de los policías de Tránsito, quienes tomaron datos de la condición del paciente y versiones de la mujer, quien comentó que su marido es el coronel Benítez.
Según ella, su cónyuge se desmayó mientras conducía porque sufre del corazón. Es por eso que cuando lo visitó en el hospital, él no recordaba nada de lo sucedido.
RECIBIRÁN SOAT
El ingeniero Wilman Masías, supervisor nacional de la brigada del Fondo de Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Fonsat), acompañó a los deudos en los trámites de ley que se realizaron en la Fiscalía de Tránsito y Medicina Legal.
Masías informó que los familiares recibirán 5.400 dólares por cada fallecido, es decir 5.000 por la muerte en accidente y 400 por gastos funerarios.